Pujol se convirtió en el protagonista de su última Diada como presidente catalán
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, presidió ayer su última Diada, día grande de Cataluña celebrado en un clima preelectoral, origen último del reparto de aplausos y abucheos que los asistentes a la tradición ofrenda floral ante el monumento de Rafael Casanova, que fue «conseller en cap» de Barcelona en 1714, dedicaron a las distintas fuerzas políticas. Como era previsible, Pujol, que no se presenta a las elecciones del próximo 16 de noviembre, fue el inevitable protagonista de esta festividad: alrededor de 1.500 personas le agasajaron en la habitual recepción que cada año ofrece el Parlamento autonòmico con motivo del Día Nacional de Cataluña. Sin embargo, la comitiva de CiU, encabezada por Jordi Pujol y Artur Mas, fue acogida con división de opiniones. Las pitadas de algunos fueron contestadas con gritos de «gracias president». Por su parte, Pujol mostró un tono más sentido que en las 23 ocasiones anteriores para pedir a los catalanes que quieran al país.