Diario de León

OPINIÓN

La supuesta debilidad de ETA

Publicado por
JOSÉ CAVERO
León

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HAN COINCIDIDO varios observadores, se supone que bien informados y que transmiten las impresiones y datos de la lucha antiterrorista, en señalar la probable debilidad que viene demostrando la banda terrorista ETA en sus más recientes actuaciones criminales, en particular la última, desarrollada en el puerto de Herrera, en Álava, por los terroristas Otazua y Mardones, el primero de ellos muerto en el combate con los policías autónomos, en el que dos miembros de la Ertzaintza resultaron heridos. Un periódico no ha dudado en hablar de «chapuza criminal». Otro ha señalado las dificultades que parecen presentarse a la banda terrorista para recuperar infraestructuras desmanteladas, reconstituir comandos, reparar las vías de financiación, establecer nuevos santuarios y menos aún regresar a las instituciones vascas. Y describe la actual situación de la banda como golpeada, desorganizada y confusa. Ojalá el panorama fuera así de feliz para los demócratas, siempre amenazados por la sombra y la amenaza criminal de los etarras, y ojalá, también, la lucha antiterrorista de los últimos años haya resultado así de eficaz. Sería una de las noticias más felices que pudieran recibir los ciudadanos. Y sin embargo, será difícil que ese mismo ciudadano tenga la tentación de lanzar las campanas al vuelo. Ni siquiera con el anuncio de que los miembros de la banda terrorista abandonan el ejercicio de la violencia llegaría totalmente la tranquilidad, probablemente en un tiempo largo, hasta verla bien asentada y comprobable. Pero de vez en cuando, por lo menos, resulta satisfactorio comprobar que una tarea de la envergadura y trascendencia de ésta, en la que se han empeñado profesionales de la lucha contra el terrorismo durante tres décadas, muestra frutos tan deseables. Pero lo indeseable es bajar la guardia un instante. Todavía quedan descerebrados, en el mando y en las bases de pistoleros, decididos a actuar y a seguir matando, y es probable que aún deban mantenerse todas las alarmas durante un largo tiempo. Para algunos terroristas, matar llegó a convertirse en dedicación laboral a cambio de la cual perciben un salario y un reconocimiento entre los suyos. Otros han mamado durante muchos años la idea de que la «lucha armada» es la única manera de «liberar» el País Vasco. Cambiar esos esquemas mentales es tarea de larga paciencia y de mucha eficacia policial.

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