El magistrado ha decidido esto tras descubrirse restos del mismo ADN en el asesinato de Sonia
El juez del caso Wanninkhof aplaza sin fecha la vista contra Dolores Vázquez
Alicia Hornos sigue convencida de que Dolores es culpable y niega la vinculación de ambos casos
El magistrado que presidirá el Tribunal del Jurado, José María Caparrós, decidió ayer aplazar sin fecha la vista oral del segundo juicio contra Dolores Vázquez, única acusada del caso Wanninkhof. Caparrós tomó esta medida tras descubrirse que el ADN de una muestra recogida hace cuatro años en la Cala de Mijas coincidía con el de otra encontrada en el escenario del crimen de Sonia Carabantes, en Coín. A partir de este momento, habrán de practicarse pruebas suplementarias para confirmar el vínculo entre ambos casos. Mientras, se suspende a todos los efectos el curso para constituir el Tribunal del Jurado, incluidas las citaciones previstas. La acusación particular de la familia de Rocío solicitó la suspensión temporal del juicio, al igual que hace unos días hiciese la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Málaga, poco después de estudiar las conclusiones del Instituto Armado acerca del examen realizado a las muestras de ADN halladas en el cadáver de Sonia Carabantes, que coinciden con las de la colilla recogida en el mismo paraje donde desapareció Rocío Wanninkhof. Coín y la Cala de Mijas distan apenas una veintena de kilómetros, y el hallazgo de ese ADN común ha supuesto un elemento novedoso y perturbador para las investigaciones de ambos casos, que dirigen agentes de la Guardia Civil con la participación de efectivos de Málaga, Mijas y Madrid. Alegría por la suspensión La madre de Rocío Wanninkhof, Alicia Hornos, sigue convencida de la culpabilidad de Dolores Vázquez, que sigue en libertad bajo fianza, y niega que la prueba del ADN que relaciona el caso de su hija con el de Sonia Carabantes, reste crédito a la acusación contra la única procesada en el crimen de Mijas. Hornos confesó sentirse «contenta» por el aplazamiento del juicio, ya que a su modo de ver, el hecho de que se reactive la investigación sobre la muerte de Rocío «ayudará a conocer quién o quiénes colaboraron con la inculpada». Rocío Wanninkhof contaba 19 años cuando fue vista por última vez el 9 de octubre de 1999, en la que recorría el camino que va desde la Cala de Mijas a la urbanización donde vivía junto a su madre y una hermana, con el propósito de arreglarse para acudir a la vecina feria de Fuengirola. Su cadáver fue descubierto por unos trabajadores un mes después semienterrado junto a las instalaciones deportivas de un club privado en Marbella.