La estructura del grupo radical islámico llegó a España en 1994

Según se desprende de los informes, escuchas telefónicas, investigaciones, atestados e interrogatorios de la Policía Nacional (que Garzón desgrana a lo largo de centenares de páginas), fue en 1994 cuando en España surgió una verdadera estructura radical islámica de la mano de Abu Dahdah, que fue el encargado de crear en el país una célula denominada de «tercer nivel» dentro de la estructura de Al Qaida; un grupo cercano a organizaciones terroristas como el FIS, el GIA, Hamas o la Jihad, compuesto por «activistas no alineados» y dedicado a «distribuir» los «comunicados» de Bin Laden, a la «captación de personas interesadas en el extremismo islámico violento» y al «adoctrinamiento» de esos acólitos para «integrarse» en Al Qaida. En 1999, Abu Dahdah dio el salto y, según consta en las investigaciones, ya se afanó en hacer llegar dinero español (1.200 euros) a terroristas palestino-jordanos de Al Qaida. Años después, el empresario hispano-sirio puso en contacto a uno de estos activistas palestinos con uno de los organizadores del 11-S, Mohamed Haydar Zammar, actualmente detenido en Siria. En la investigación de Garzón aparece también como clave el tesorero de la célula española, Galeb Kalaje, (también detenido por la policía), cuñado de uno de los nombres destacados en Al Qaida, Mohamed Bahaiah. Fue Kalaje quien proyectó para Abu Dahdah un entramado financiero en España con el fin de allegar fondos a la organización de Bin Laden. En esa maniobra, sostiene Garzón, participó el periodista hispano sirio encarcelado la pasada semana. Taysir Alony «ayudó» a Abu Dahdah a enviar dinero a Bahaiah a Afganistán. Incluso, el corresponsal de Al Jazira cedió su domicilio en Granada a Bahaiah para que éste consiguiera la tarjeta de residencia permanente española.