La policía detiene a otras cinco personas por su supuesta relación con Al Qaida

Menos de 24 horas después de procesar a Osama Bin Laden y a otras 34 personas por los más de 3.000 asesinatos de los atentados del 11-S, el juez de la Audiencia Nacional desató a primera hora de la mañana de ayer jueves una nueva redada policial contra los supuestos grupos de Al Qaida en España, que se saldó con cinco personas detenidas (cuatro sirios y un marroquí) en Madrid, Granada y Alicante. Esta última redada -continuación de la operación Dátil que en noviembre del 2001 inauguró el acoso a los círculos islamistas radicales en España- va encaminada a golpear de nuevo a la célula durmiente dirigida por el encarcelado Imad Eddin Barakat Yarkas, Abu Dahdah, y al grupo Hermandad Musulmana de Granada, al que pertenecía el periodista de Al Jazira Taysir Alony y al que el magistrado acusa de allegar dinero a las bases de Al Qaida en Afganistán. Según fuentes de la lucha antiterrorista, la detención más relevante de este último golpe a las supuestas redes de Al Qaida en la península sería la de Sadik Merizak, vigilado desde hace meses por la Unidad Central de Información Exterior (UCI-ex) de la Policía Nacional. Merizak, de nacionalidad marroquí, fue capturado a primera hora de la mañana en la localidad alicantina de Benichatel. Los investigadores policiales aseguran tener indicios de que este sospechoso mantuvo «relaciones estrechas» con Ahmed Abderraham, el español nacido en Ceuta y que en la actualidad se encuentra preso en la base norteamericana de Guantánamo, tras ser detenido por las tropas estadounidenses en Afganistán. Merizak -tal y como consta en los informes remitidos a la Audiencia Nacional- coincidió antes del 11-S con Abderraman en los campos de entrenamiento de Bin Laden en la localidad afgana de Faluk, donde habría completado su preparación para convertirse en mártir («tercer nivel», según la propia denominación de Al Qaida, el mismo entrenamiento que recibieron los pilotos que se estrellaron en Nueva York, Washington y Pensilvania). El segundo eje de la operación antiterrorista de ayer tuvo como escenario Madrid. En la capital de España, en la avenida Nuestra Señora de Fátima número 51, agentes de policía detuvieron a los sirios Ahmad Koshaji Kelani (conocido como Abu Ahmad) y a su hermano Wahhed (Abu Mohamad). Garzón acusa al primero de ser uno de los hombres de «confianza» del propio jefe de la célula española de Al Qaida, Abu Dahdah, quien le habría solicitado en varias ocasiones reubicar en España a los «jóvenes muyahidines» que regresaban a Europa tras su entrenamiento en Afganistán. Las relaciones más importantes de Ahmad Koshaji descubiertas por la policía son con la denominada célula de Hamburgo, el grupo que preparó los atentados del 11-S. Según la información facilitada en comisión rotatoria por Alemania, Koshaji fue contactado telefónicamente en cinco ocasiones entre 1998 y 1999 por el que Estados Unidos considera hombre de Bin Laden en Europa, Mamoun Darkazanli (Abu Ilyas), ciudadano sirio residente en Hamburgo y que viajó a España en diferentes ocasiones desde 1997. El cuarto detenido es Hasam Al Huseín (conocido también como Abu Abbud y Abu Ubada). Al Huseín, de nacionalidad siria y capturado en la calle San Miguel de la localidad granadina de Alfácar, está acusado de ser un muyahidín al servicio de Abu Dahdah, a quien conoció en 1997, y de ser miembro del «Grupo de los Jóvenes» de Granada del periodista Taysir Alony. El también sirio Jamal Huseín Huseín (Abu Alí), el último detenido hasta ahora, fue arrestado en la calle Lucena de la población del extrarradio granadino de Huétor Vega. Garzón acusa a este médico de ser miembro del «Grupo de Jóvenes» del periodista encarcelado e «integrante» de la denominada Hermandad Musulmana y de la célula de Abu Dahdah.