Dos mujeres son asesinadas por sus compañeros sentimentales

Dos mujeres fallecieron el jueves en Asturias y Sevilla tras ser apuñaladas presuntamente por sus parejas sentimentales. La primera, Rocío Pereira Rojo, de 22 años, murió por la mañana en la localidad asturiana de La Granja a manos de su ex novio, A. F. L., de 49 años. Por la noche, un profesor de primaria de 50 años, Juan Antonio J. J., acuchilló a su esposa, Francisca L. R., de 48, en la localidad sevillana de Herrera y luego intentó suicidarse con la misma arma. Los primeros hechos se produjeron hacia las 11.45 horas del jueves en la carretera AS-225 que une las localidades de Salas y Avilés a la altura de La Granja, en el concejo de Salas. En ese punto de la carretera se encontraron los vehículos que conducía la víctima, vecina de Mallecina (Salas), y el hombre, de origen portugués y residente en Avilés. Ambos se detuvieron, según la infomación facilitada por la Guardia Civil, y el hombre propinó varias puñaladas a la mujer, según reconoció tras ser detenido. Según explicaron fuentes de la familia de la fallecida, la joven había mantenido una relación sentimental con el agresor y éste la había instado en varias ocasiones de forma violenta a regresar al domicilio que habían compartido en Avilés. Según las mismas fuentes, él había llegado a rondar durante varias horas la casa en la que residía con su familia en Mallecina. Varios vecinos coinciden en señalar el carácter violento del agresor que ayer pasó a disposición de un juzgado de la localidad de Grado. Intento de suicidio Doce horas más tarde, en el pueblo sevillano de Herrera, la Guardia Civil se personó en el domicilio conyugal de Juan Antonio J. J. y Francisca L. R. alertada por uno de los hijos y se los encontró gravemente heridos por arma blanca. Las primeras investigaciones apuntan a que el marido apuñaló a su mujer y luego intentó suicidarse. Francisca, que fue localizada en su dormitorio, tendida en la cama con una herida incisa en el tórax, recibió los primeros auxilios en su domicilio de manos de sus propios hijos, aunque falleció posteriormente en el trayecto hacia el hospital comarcal de Osuna. Juan Antonio fue ingresado en estado grave custodiado por la Guardia Civil, después de que los agentes de la Patrulla Ciudadana que se desplazaron hasta el domicilio lo encontraran tendido en el suelo con varias heridas de arma blanca en el tórax y sangrando abundantemente. En la localidad de Herrera, los vecinos señalan que Juan Antonio «no daba muestras de ser una persona violenta», aunque reconocen que en el último año el matrimonio venía pasando «una mala racha», tras el fallecimiento de uno de sus cinco hijos, de 21 años.