«Asesino, te vamos a matar»

Tony Alexander King durmió a «pierna suelta» durante su primera noche en la prisión malagueña de Alhaurín de la Torre, según expresión de los funcionarios que le custodian. King ingresó en el centro penitenciario a las 20:20 horas, saludado por los reclusos de la cárcel con gritos de «¡asesino, te vamos a matar!». A su llegada, tras despojarle de sus ropas y el papeleo pertinente, fue trasladado directamente a una celda de residentes de uno de los diez módulos de la institución, sin el previo paso por el módulo de ingresos, donde los nuevos presos pasan sus primeras horas. Habida cuenta de las amenazas y de la alarma social que ha provocado su detención, el británico fue derivado de inmediato a un régimen de aislamiento, según el cual tendrá «limitado» el contacto con el resto de los internos, así como las salidas de su celda o la participación en actividades comunes como talleres, gimnasio o aulas educaciones. King tampoco comerá con el resto de los internos y tendrá limitadas las salidas al patio a dos diarias cuando los demás reclusos se encuentren en sus celdas. Asimismo, son dos funcionarios los que vigilan las primeras horas del interno en Alhaurín para conocer su aclimatación al mundo penitenciario. El asesino fue inmediatamente incluidoen el denominado PPS (Protocolo de Prevención de Suicidios): un programa que obliga a King a convivir continuamente y sin excepción con su compañero de celda (un interno de confianza del centro) para evitar que el nuevo recluso pueda autolesionarse.