Diario de León

En la provincia leonesa se produjeron 417 fuegos, el 28% de toda la comunidad, hasta el pasado 15 de septiembre

León ha sufrido en sólo ocho meses los mismos incendios que en todo el 2002

En Castilla y León, la superficie quemada es 2,5 veces mayor a la del año pasado

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Rosa Masegosa - valladolid
León

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Mal año de incendios. Se veía venir pero el balance de cifras hace aún más evidente los desastres de un verano protagonizado por los fuegos. Y es que en lo que va de año, -desde enero hasta el 15 de septiembre-, en Castilla y León se ha producido prácticamente el mismo número de incendios que en todo el año 2002, mientras que las hectáreas arboladas quemadas superan en 2,5 veces las que ardieron el año pasado. En concreto, hasta la segunda semana de septiembre en Castilla y León se han registrado 1.496 incendios forestales, sólo 32 menos que en todo el año pasado. Sin embargo, el número de hectáreas arrasadas por el fuego sobrepasa con creces las de todo el año 2002: de 3.263 ha quemadas en doce meses se ha pasado a 8.116. En cuanto a la provincia de León, en los ocho primeros meses de este año casi se han alcanzado los 445 incendios del año pasado. Hasta el mes de septiembre se contabilizan 417 fuegos, sólo 28 menos que en todo el 2002. Por el contrario, el número de hectáreas arboladas quemadas en la provincia, 640, todavía se mantiene alejado del total del año pasado, que superó las 1.000. Si bien León vuelve a ser un año más la provincia que registra un mayor número de incendios, con el 28% de todos los de la comunidad, son Ávila, Burgos y Salamanca las que más hectáreas han visto quemarse en lo que va de año, con un total de 1.854, 1.873 y 2.496 hectáreas, respectivamente. De hecho, la superficie arrasada por el fuego sólo en la provincia de Salamanca supone ya el 80% de toda la que ardió en el 2002. Cóctail peligroso La primera causa de este negativo año en lo que a incendios forestales se refiere hay que buscarla en las condiciones climatológicas. 2003 ha sido un año excepcional por el exceso de calor sufrido durante el mes de agosto. Además, una primavera con mucha lluvia incrementó notablemente la cantidad de vegetación existente, que se secó de golpe con la ola de calor sufrida en verano. El tercer ingrediente de este peligroso cocktail fueron las tormentas de verano y, como consecuencia, los rayos, causantes de gran parte de los incendios registrados en lo que va de año. No obstante, los fuegos intencionados y los provocados por negligencias vuelven a ser este año la principal causa de los incendios. Aún sin contar con los datos definitivos de este verano, hay que recordar que de los 445 incendios forestales que se produjeron en León el año pasado, 177 fueron causados por una negligencia, lo que supone un 40% del total. Ley de Montes Precisamente el alto porcentaje de incendios intencionados y de negligencias que se producen cada año tendrá su reflejo en el proyecto de Ley de Montes que acaba de aprobar el Congreso de los Diputados. En el texto de esta normativa, todavía en tramitación parlamentaria, se prohibe recalificar el suelo tras un incendios, aunque no se fija un máximo de tiempo para la duración de esta prohibición, como pedía el PSOE. Serán las comunidades, a través de sus respectivas leyes de montes, las que determinarán cuánto tiempo tiene que pasar hasta que se pueda cambiar el uso de un terreno tras un fuego. «La despoblación rural conlleva la pérdida de la capacidad de detección y extinción inmediata de los fuegos» Asenfo, Informe anual

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