Del peligro de extinción a la expansión

Los puerros de Sahagún y la lenteja pardina tienen en común que ambos cultivos han estado a punto de desaparecer. El auge de los productos autóctonos y de calidad los ha salvado. Los hortelanos que conservan el tradicional cultivo del puerro enterrado (por eso su fuste blanco es más largo) superan ya las 10 hectáreas de terreno cuando hace seis años apenas quedaba una sola hectárea en cultivo. En cuanto a las lentejas, que tiene la capital de la IGP en Mayorga de Campos, se intentan rescatar las semillas.