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La Junta paralizó a tiempo la demolición de la vieja iglesia donde se ocultaban frescos del siglo XV

La denuncia de un vecino salvó de la piqueta valiosas pinturas góticas en Cebrones

Nadie en Cebrones del Río conoce la identidad del vecino que denunció el derribo de la vieja iglesia. Lo que sí saben es que su intervención fu

León

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El templo, de mampostería y tapial, era del siglo XVIII, aunque la cabecera pertenecía a una primitiva iglesia del siglo XV, donde, precisamente, se encontraban los frescos, ocultos durante siglos detrás del retablo mayor. Corría el año 1995 y el hallazgo se mantuvo prácticamente en secreto. En el pueblo, hubo quien consideró el descubrimiento poco menos que «un incordio», porque fue preciso cambiar el proyecto inicial, gastar más dinero y, lejos de tener una iglesia nueva, más amplia y sin humedades, el resultado ha sido «un pegote». Pese a la polémica desatada entre los habitantes de Cebrones del Río, la Junta Vecinal siguió adelante con la construcción del nuevo templo y preservó la cabecera ?integrándola a modo de nave lateral?, salvando así el recién hallado «tesoro». Ahora, nueve años después, la Consejería de Patrimonio ha decidido recuperar lo que para el párroco de esta pequeña localidad, Felipe Pérez Riesco, es «un hito en la historia de la comarca». La empresa vallisoletana Restaurolid trabaja desde mayo en la restauración de las pinturas, de unos cinco metros de ancho por seis de alto. Varias catas efectuadas en las paredes laterales han permitido descubrir que bajo el encalado hay más frescos. De momento, no hay dinero para ellos. No hace falta ser un experto para aventurar que las pinturas góticas decoraban todo el interior de la primitiva iglesia del siglo XV. Tras varios análisis y por ciertos detalles iconográficos, se ha podido determinar que los murales datan de los años 1430-1440. La retirada del retablo provocó el desprendimiento de parte de una falsa cubierta de yeso y cañizo, que dejó al descubierto los restos de un artesonado mudéjar. Pero la iglesia de Cebrones del Río guardaba aún más sopresas. Bajo la pila bautismal aparecieron cuatro tumbas. De una de ellas, en lugar de un esqueleto, surgió una espléndida talla gótica de San Esteban, de idéntica época que las pinturas. Conservaba toda su policromía, pero, al contacto con el aire, se desprendió casi por completo. Y en el subsuelo del templo se localizaron los restos de una base de piedra que podría pertenecer a una pila bautismal.

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