Diario de León

La dirección se negaba a aceptar los grados porque sostenía que eran presidiarios políticos

ETA pide por primera vez el tercer grado para cien de sus presos

La banda pretende paliar la baja moral de sus condenados y aliviar la tensión en el colectivo

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Europa Press | madrid

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ETA ha cambiado en las últimas semanas su estrategia respecto a sus militantes presos, rompiendo su costumbre de no observar los grados de clasificación penitenciaria y ha pedido, por primera vez en su historia, el tercer grado y la libertad condicional para un grupo de casi 100 presos etarras a través de sus abogados habituales. Fuentes de la lucha antiterrorista dijeron que con esta decisión, ETA intenta mimar a los presos, reducir la presión del colectivo y tantear al nuevo juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional. Esta medida, según las fuentes consultadas, no es una iniciativa individual de los reclusos, como en otras ocasiones, en las que se ha producido algunas disidencias, sino una medida adoptada por la propia banda terrorista, que hasta ahora, rechazaba que sus reclusos pidiesen la clasificación en tercer grado, y que directamente pedían la libertad condicional. Ese rechazo respondía a que asumir la reclasificación implicaba aceptar que los presos de ETA no son presos políticos, como ellos se definen, sino presos de carácter social que van escalando en los grados penitenciarios a medida que aceptan y cumplen el tratamiento reeducador. Para poder acceder al tercer grado, los presos etarras, como cualquier otro recluso, deben cumplir una serie de requisitos que son el arrepentimiento activo, pedir perdón de manera explícita a las víctimas y aceptar la responsabilidad civil derivada por sus delitos en caso de ser condenados a ello por sentencia. A su vez, los preceptos para que el juez de Vigilancia Penitenciaria conceda al preso la libertad condicional son que esté clasificado en tercer grado, tener las tres cuartas partes de la condena cumplida -o excepcionalmente las dos terceras- y, finalmente, un pronóstico favorable de resinserción. Según las fuentes, con este giro, la banda terrorista intenta dar la sensación de que se ocupa de los presos, en un momento difícil para la moral del colectivo por los éxitos en la lucha antiterrorista y el desmantelamiento de las estructuras políticas del entorno etarra. Asimismo, creen que van a plantear una cascada de terceros grados para tantear al nuevo juez central de Vigilancia Penitenciaria, Javier Gómez Bermúdez, quien centraliza las decisiones sobre concesiones de beneficios penitenciarios a los reclusos etarras después de la polémica que provocaron algunas decisiones de la juez de vigilancia penitenciaria de Bilbao, Ruht Alonso.

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