Oidos sordos a las «amenazas dictadas»
TeEl portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, prefirió ayer hacer oídos sordos de las palabras del presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), José María Cuevas, por considerar que sus declaraciones sobre que la patronal está en contra del Plan Ibarretxe son «amenazas que le han hecho decir». El consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social vasco, Joseba Azkarraga sí las consideró una «barbaridad, una temeridad y una provocación», porque no representa al sentir de los empresarios. Desde IU se responsabiliza a José María Aznar, mientras que el PSE pidió no generar más conflictos «de los que ya se ocupan los nacionalistas». No obstante, Imaz, pese a reaccionar en un principio dando la callada por respuesta, al final señaló que desde el Ejecutivo vasco y las instituciones vascas «no imponemos posiciones políticas al empresariado vasco, que es plural y tiene diferentes formas de pensar». Ilegalidad El ex vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y parlamentario del PNV, Emilio Olabarria, consideró la postura de Cuevas como «una extra limitación que raya en la ilegalidad». «Sus palabras no tienen desperdicio; son ilícitas e ilegales», consideró. Desde IU, Gaspar Llamazares también criticó las declaraciones de Cuevas y responsabilizó a Aznar de la sugerencia de suspender la autonomía de Euskadi. Según el líder de IU, el presidente del Gobierno favorece este tipo de declaraciones «al usar la Constitución como una cruzada contra un fantasma inexistente como la ruptura de la unidad de España».