Las sanciones por fraude fiscal se incrementaron en León un 25% el año pasado

Los servicios de inspección de la Agencia Tributaria levantaron el año pasado en la provincia de León un fraude fiscal de 46,8 millones de euros, equivalente a 7.000 millones de las desaparecidas pesetas, lo que supone un incremento del 25% respecto al ejercicio anterior, que sumó otros 37,2 millones de euros. Según el director provincial de la Agencia, Javier Estrada, las actuaciones de la inspección se han centrado de manera especial en el sector de Construcción, para controlar todo tipo de impuestos, y en el IVA de Servicios, por considerarse que es precisamente en ellos donde puedan darse todavía las mayores bolsas de fraude. En total fueron constrolados el pasado año en la provincia cerca de 8.000 contribuyentes, si bien en más de la mitad de los casos se trataba simplemente de «cuadrar» las declaraciones fiscales voluntarias con un cruce de los datos informáticos que maneja la propia Agencia. «Muchas veces se trata unicamente de confirmar lo que, por ejemplo, declara un asalariado y lo que asegura haberle retenido su empresa, que suelen ser cantidades irrelevantes o simples errores» y en otros de lo que pide desgravar un autónomo o un pequeño comerciante sobre lo que ha pagado a determinado proveedor. Este tipo de actuaciones se incluyen, en el argot de Hacienda, dentro de lo que se conoce como «controles masivos» o de mera rutina, que no van más allá de un impuesto concreto a veces en un sólo trimestre. Selectivos Más duras, en cambio, son las llamadas inspecciones «selectivas» a empresas y medianos o grandes contribuyentes, que siguen criterios de prioridad prefijados desde Madrid para todo el territorio nacional. En los dos últimos años se ha hecho especial hincapié en el IVA, en general, y en toda la corona de impuestos que acompaña al sector de Construcción, precisamente el que más actividad económica ha generado con diferencia sobre los demás durante los últimos años. De hecho y según Estrada la Agencia Tributaria en León no está autorizada para facilitar este tipo de datos, pero gran parte del incremento en el fraude levantado se debe a actuaciones muy puntuales sobre unos pocos contribuyentes, ya sean particulares o sociedades mercantiles, especialmente las segundas. De cara a próximos ejercicios fiscales la Agencia seguirá dando prioridad a los mismos objetivos que ahora, más que nada por considerarlos los más rentables a efectos de recaudación, si bien también se oculta por obvio: una inspección sobre el IVA recae en cifras millonarias de facturaciones de venta al público en tanto que otra, por ejemplo, sobre el IRPF, es sólo cuestión de constrastar en un ordenador y de manejar cifras de muchos menos dígitos. De hecho las inspecciones «selectivas» suelen investigar hasta el pago de cuatro años de los impuestos de una empresa, hasta cuando caducan, en tanto que los de particulares se resuelven casi siempre en un momentaneo cruce de datos y, en último extremo, con una «declaración paralela» para un único ejercicio. Aproximadamente las 8.000 inspecciones que la Agencia Tributaria realiza cada año en León se mantendrán en número para paróximos ejercicios, aunque incidiendo cada vez más en los subsectores o actividades donde se supongan mayores bolsas de defraudación fiscal, todo ello con vistas a incrementar la eficacia recaudadora.