Diario de León

El viejo convento de San Agustín podría acoger los fondos de arte popular en lugar del palacete de la calle Independencia

La Diputación trasladará a Mansilla delas Mulas el Museo Etnográfico de León

Más de 3.500 piezas del Instituto Leonés de Cultura esperan una sede para ser expuestas al público

León

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Javier García Prieto había lanzado «el guante» y sólo Mansilla de las Mulas aceptó el reto. El presidente de la Diputación ofertó a cualquier ayuntamiento interesado el Museo Etnográfico; un conjunto de más de 3.500 piezas de arte popular que llevan años «sepultadas» en los sótanos del Instituto Leonés de Cultura (ILC) a la espera de una sede definitiva. José Antonio Díez, predecesor de García Prieto, había proyectado este museo dentro de una gran manzana cultural, que uniría el edificio Fierro -sede el ILC- con el vecino palacete de Independencia, que en su día fue utilizado como Instituto de Higiene. Pero el ex concejal de Cultura tiene otros planes. Ayer visitaba en Mansilla lo que queda del convento de San Agustín. Se trata de un precioso inmueble de alto valor arquitectónico, ubicado en pleno Camino de Santiago, y hoy convertido en una ruina. La elección de este edificio no puede ser más oportuna, teniendo en cuenta que el próximo año se celebra el primer Xacobeo del milenio, de forma que García Prieto podría fácilmente implicar a otras administraciones -fundamentalmente, la Junta- en su rehabilitación. Pero el máximo responsable de la Diputación no quiere hablar de fechas ni de inversiones. El primer paso será encargar un informe a los técnicos del ILC sobre la idoneidad del «caserón» de Mansilla como futuro Museo Etnográfico. «Cualquier intervención estará sujeta a unos plazos que no son inmediatos», afirmaba ayer García Prieto mientras vigilaba de reojo la techumbre de un edificio en el que hasta hace dos años estaba prevista la creación de una residencia de la tercera edad. El viejo palacete de la calle Independencia, infrautilizado en los últimos años, pero en muy buen estado de conservación, podría albergar definitivamente la colección Díaz-Caneja, actualmente guardada en el ILC, que nunca la ha mostrado íntegramente. Se da la circunstancia de que el fallecido artista dejó un importante legado a León por un doble motivo: su amistad con el poeta Antonio Gamoneda y su deseo de que su obra pudiera contemplarse, precisamente, en el palacete construido por el famoso arquitecto Juan Crisóstomo Torbado en 1927. Además, el presidente de la Diputación planea exhibir en este caserón de estilo historicista la obra de los principales artistas leoneses del último siglo, que de ningún modo tendrán cabida en el Musac. Y es que la Diputación posee una de las mejores colecciones de arte contemporáneo.

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