19 millones de euros, recetas aparte

El coste de las bajas por enfermedad sumó durante en el año 2002 más de 19 millones de euros para las arcas de la Seguridad Social sólo en la provincia de León, el equivalente a 3.100 millones de las desaparecidas pesetas. Un total de 8,3 millones de euros correspondió al pago de prestaciones en el Régimen General, donde cotizan los trabajadores por cuenta ajena, precisamente los que cubren el grueso de las aportaciones al sistema. A su vez, los empresarios autónomos, cuyas prestaciones se han equiparado con las de sus propios asalariados en el último Consejo de Ministros, recibieron casi 3,7 millones de euros en bajas por enfermedad, una cifra porcentualmente muy superior a lo que cotizan y perciben los trabajadores por cuenta ajena. Se supone que el régimen especial de autónomos en la Seguridad Social será cada vez más deficitario, lo mismo que el de los trabajadores del carbón, cuyas bajas por enfermedad y accidentes costaron el año pasado casi otros cuatro millones de euros más. En parecida situación se encuentra el régimen de agricultores por cuenta propia, con 1,2 millones de euros más en prestaciones anuales frente a cotizaciones muy inferiores a las que paga un trabajador por cuenta ajena con el salario mínimo. Las estadísticas sobre recaudación y pagos de la Seguridad Social y el Sacyl no reflejan el agujero contable que en cada colectivo, empleados o autónomos, representa el absentismo laboral, aunque en todos los casos su coste se multiplica con las llamadas bajas de larga duración, previas a pensiones por invalidez o enfermedades profesionales. Aunque también en este último supuesto los asalariados siguen perdiendo respecto a los autónomos: salvo en actividades muy concretas, como en el carbón durante la pasada década, la Seguridad Social no admite ya prejubilaciones de ningún tipo.