Los impagos de hipotecas se mantienen en «nivel casi cero»
A pesar de lo elevado del crédito vivo en hipotecas y del creciente endeudamiento de las familias los índices de morosidad para este tipo de créditos se mantienen practicamente «a cero» o, en todo caso muy por debajo del porcentaje de fallidos para el conjunto de los préstamos, que también está siendo espectacularmente bajo: menos del 1%. Los directores de sucursal suelen bromear sobre el tema asegurando que lo último que dejan de pagar los españoles son el piso y el coche y se supone que la costumbre no cambiará, al menos mientras se mantengan los actuales niveles de bonanza económica. En este sentido se añade que el riesgo de un incremento de la morosidad en el futuro no se deberá tanto a una eventual subida de los tipos de interés como a otros índices económicos, «como el desempleo». En este sentido la solvencia del español medio parece estar incluso por encima, salvando las naturales distancias de renta per cápita, del resto de sus conciudadanos de la UE, donde el porcentaje de propietarios de viviendas frente al de simples inquilinos es sensiblemente inferior. En España, por el contrario, no acaba de despegar la inversión en pisos de alquiler mientras que se disparan las deudas de los que aspiran a ser propietarios. El riesgo que asumen las entidades bancarias al asignar cada vez un mayor porcentaje de sus recursos al crédito inmobiliario en vez de a bienes de inversión, de consumo duradero o a la Bolsa tiene un único inconveniente: que se hace a quince o veinte años como mínimo.