El euro, garantía para tipos de interés cada vez más bajos y estables

Las entidades financieras no creen que, ni siquiera en el peor de los casos, los tipos de interés bancarios puedan crecer más allá de «dos o tres puntos, algo perfectamente asumible tanto por los bancos como por las familias, aunque naturalmente con ciertas dificultades». Por encima de este riesgo de inflación en el precio del dinero aparece como garantía de estatilidad el euro como moneda única europea, de forma que parece impensable volver a situaciones como la de la España de los años ochenta. Burbujas inmobiliarias aparte, la confianza en que se mantenga la actual situación de prosperidad parece ser compartida tanto por los bancos y las cajas como por sus clientes, de modo que más del 90% de las hipotecas siguen contratándose a interés variable y casi ninguna a fijo, cuyos réditos se situarían, como mínimo, tres puntos por encima de la referencia del euribor. De hecho, ninguna entidad ofrece a sus clientes productos financieros a interés fijo puro y duro, sino que conbinan fórmulas mixtas del estilo de tipos de interés inamovibles durante los dos o tres primeros años de la hipoteca y variables el resto. Según estimaciones de bancos y cajas, a interés fijo propiamente dicho no se contrata ni siquiera el 10% de los actuales créditos de vivienda. El mercado hipotecario español se mueve siguiendo pautas y criterios similares al del resto de países europeos, igualmente confiados en frenar cualquier riesgo excesivo de inflación.