Los mayoristas aseguran que su margen de ganancia es sólo del 10%
Según el presidente de la Asociación de Mayoristas de León, Isidoro Postigo, los empresarios que trabajan en Mercaleón como intermediadios entre los los mercados de origen y los minoristas están especialmente dolidos por el tratamiento que los medios de comunicación y el propio Gobierno han dado a las últimas subidas de precios en productos como el tomate, las patatas o el pimiento, echando sobre ellos toda la responsabilidad de la inflación de los últimos meses. «Yo he visto en televisión reportajes sobre las pujas a la baja en lonjas de origen, como la de Almería, que sirve de refencia a casi toda España, en los que sólo se destacaba el precio final de los excedentes o de los productos finales que casi nadie quiere, bien porque no tienen salida al mercado o porque carecen de calidad suficiente para ser comercializados a precios normales». Desde abajo Postigo asegura que la realidad es muy distinta a como se está presentando durante las últimas semanas y que el margen comercial de los mayoristas no supera, por término medio, el 10%. «Las últimas subidas en los tomates, por ejemplo, empezaron en los precios de los propios productores, que no cosecharon lo sufiente, según ellos, debido a la última ola de calor del verano y a una nueva enfermedad de las plantas, todo ello unido a una causa tan tópica y típica como el aumento de la demanda de simples ensaladas en verano. A partir de ahí los mayoristas recuerdan que para acumular un 10% de beneficio comercial bruto tienen que arriesgarse también a perder no menos de un 15% de frutas y verduras en el proceso de transporte y reventa a minoristas y a que, si se equivocan en sus calculos empresariales sobre demanda, no pocos sobrantes se les pudran también en los almacenes. Advierten también que, una vez resuelta la actual y excepcional escasez de tomates, pimientos o patatas, lo normal es que el conjunto de los precios siga subiendo a un ritmo más o menos moderado hasta situarse en el nivel del resto de los países de la UE, donde el consumidor ya no compra frutas y hortalizas por kilos, sino por unidades y a precios sensiblemente superiores a los españoles. «A cambio habrá que cuidar especialmente la presentación del producto, que es lo que se va a pagar en el futuro, lo que también supone retirar la quinta o la sexta parte de lo que ahora teóricamente podría exponerse en las estanterías de cualquier comercio». Según los mayoristas, la oferta y demanda tradicional en los mercados de alimentos frescos tiene poco que ver con la ley clásica del mercado, «porque cuesta ya más dinero envolver un producto».