Más de mil edificios antiguos esperan licencia municipal para poner ascensor

Más de un millar de inmuebles mayoritariamente edificados entre los años cuarenta y sesenta y con alturas superiores a tres plantas, incluso de cinco, tendrán facilidades a partir de hoy para instalar ascensores en sus patios o cajas de escalera. Se trata de un tipo de licencia de obras practicamente bloqueadas desde hace décadas por leyes tan antiguas como los propios edificios afectados y sus habitantes: hasta ahora era obligarorio respetar un mínimo de anchura de un metro en las escaleras de las viviendas para garantizar la fácil evacuación de sus moradores en supuestos de incendio o catástrofe, de forma que casi nunca quedaba hueco para el moderno ascensor. Desde ahora se rebajará el ancho de los escalones hasta 80 centímetros y, en los patios, de tres a dos metros la distancia entre el ascensor y la pared de enfrente. Hace ya cinco años que todos los partidos políticos con representación municipal acordaron conceder este tipo de licencias, amparándolas en las normas que, a su vez, dan prioridad a la accesibilidad a las viviendas frente a las restricciones de seguridad, aunque sin un público pronunciamiento al respecto con criterios «oficiales». De hecho, desde la llegada del equipo PSOE-UPL al gobierno municipal se había paralizado prácticamente la aprobación de licencias por falta de soporte legal en los informes de los técnicos, que antes eran interpretados con manga ancha o, simplemente, obviados. Criterios Según el nuevo concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de León, Francisco Gutiérrez, será la primera vez que los criterios para conceder este tipo de permisos se consensuen y puedan aplicarse como tales, además de ser incluídos como norma de segundo rango en el futuro Plan General de Ordenación Urbana, lo que facilitará todo tipo de trámites. Cada año se presenta un centenar de expedientes en el Ayuntamiento, de los cuales «sólo podíamos aprobar una quinta parte y eso con dificultades, porque no faltaban, incluso, recursos de vecinos de los pisos más bajos, que los impugnaban para no pagar, y, de hecho, nosotros mismos hemos tenido que parar muchas obras después de autorizarlas, porque muchas de ellas tienden a enquistarse luego en pleitos de juzgado». Por barrios, el mayor número de viviendas antiguas que demandan servicios de ascensor son los de San Mamés, Mariano Andrés, San Claudio y la periferia de Ordoño.