«Es como si les tocara la lotería»

Las empresas dedicadas a la instalación de ascensores dicen moverse en la doble paradoja de tener muchos encargos y pocas licencias. Según una de las últimas que han solicitado autorización para realizar este tipo de instalaciones en comunidades de vecinos, Ascensores León SL, la demanda supera incluso a las posibilidades de atender las peticiones, aunque siempre se encuentran con frenos burocráticos, como mínimo de tres o cuatro meses.. Este tipo de instalaciones, ya de por sí complicadas «porque cuando hay que romper una escalera debe hacerse rompienso y tapando y dejándolo todo limpio día a día para que la gente pueda seguir viviendo allí» a veces es también necesario gestionar el proyecto ante el propio Ayuntamiento en nombre de la comunidad de vecinos. Según el propietario de esta empresa, José Luis Rodríguez, la tardanza en tramitar este tipo de licencias contrasta también con la urgencia del vecindario que las reclama, en ocasiones sin excesiva confianza de que el proyecto llegue a buen término. «Cada vez hay mayor demanda porque también cada vez hay más gente mayor en muchos barrios y cuando consiguen un ascensor para muchos es como si le hubiera todado la lotería». La coartada de un vecino o dos que precisen ayuda para moverse es casi un segudo de licencia.