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En defensa de la Carta Magna
El Senado ofreció ayer un homenaje a todos los presidentes autonómicos de la historia reciente, en un acto con ausencias en el que Lucas reafirmó la lealtad consitucional
El homenaje a todos los presidentes autonómicos de la historia reciente de España inauguró ayer en el Senado el maratón de actos previstos para celebrar el 25 aniversario de la Constitución de 1978. El presidente de la Cámara Alta, Juan José Lucas, impuso la medalla de oro de la institución a 56 dirigentes autonómicos, entre los que no se encontraban ninguno de los tres lehendakaris vascos -Carlos Garaikoetxea, José Antonio Ardanza y Juan José Ibarretxe-, en una muestra más de la crisis institucional abierta tras la aprobación del Plan Ibarretxe. Tampoco asistió el presidente del Gobierno, José María Aznar -presidente de Castilla y León desde 1987 hasta 1989- por «problemas de agenda». Aznar tenía ayer un compromiso en Barcelona que le imposibilitó acudir al Senado, lo que fue bastante criticado por la oposición. Entre otras ausencias, destacó también la del ex presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que se encuentra de viaje oficial. Los ausentes se convirtieron en los principales protagonistas en una jornada marcada por las alusiones a las propuestas de reforma de los distintos estatutos de autonomía y por la exigencia de los partidos de la oposición -y de los dirigentes de varias comunidades gobernadas por el Partido Popular- de dotar a la autonomías de una mayor presencia en la decisiones y de un papel principal en el Senado. Y es que el 25 aniversario de la Constitución llega en un momento en el que la Carta Magna ocupa un lugar preferente en la vida política. De hecho, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, se negó a leer el discurso oficial del acto por diferencias con el enfoque oficial, y el presidente extremeño, el socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, declinó en un primer momento la invitación porque, a su juicio, el Senado debería reformarse para convertirse en una verdadera cámara de representación territorial. Finalmente sí lo hizo, según declaró a los medios, «porque el lehendakari no venía». Ibarretxe y el papel de las comunidades en el Senado estuvieron también presentes, con sordina, en el discurso oficial que finalmente leyó Juan José Lucas. El presidente del Senado defendió que la Constitución sigue «vigente en una opinión pública que rechaza radicalismos y extremismos» y se refirió especialmente a la «lealtad constitucional». «Nuestro bloque constitucional es el único que ha dotado a las comunidades de un reconocimiento que se traduce en unas facultades de autogobierno y competenciales sin precedentes; por eso quiero invocar el principio de lealtad constitucional», subrayó Lucas, que recordó que el texto constitucional «se muestra como garantía de estabilidad». En cuanto a las autonomías, Lucas agradeció a los presidentes regionales su «contribución inestimable a la consolidación de la democracia en España». Y prometió «reforzar el papel del Senado como altavoz de los poderes territoriales de manera realista». Más protagonismo En este sentido, los dirigentes de la oposición reiteraron su disposición a dotar de mayor protagonismo a las autonomías en la Cámara Alta. «El Senado debe convertirse en una cámara de debate, de integración y de participación de las comunidades autónomas», apuntó a los medios el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. El político leonés, que impulsó en la cumbre socialista de Santillana del Mar de septiembre esta propuesta, consideró necesario «más diálogo entre el poder central y los gobiernos autonómicos», e insistió en la importancia de «mirar hacia el futuro para que la España plural sea una España viva». Más duro estuvo José Bono. «O cambian pronto esta cámara o se queda para vestir santos», sentenció el presidente de Castilla-La Mancha en declaraciones recogidas por Europa Press.