Diario de León

| Crónica política | Elecciones sin Pujol |

España se la juega en Cataluña

Aznar, Rajoy, González y Zapatero echarán el resto en la campaña electoral para lograr votos para sus candidatos y asegurar así el avance de sus respectivos partidos

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Manuel Campo Vidal - madrid
León

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En contra de lo que sugiere la guerrilla jurídico-institucional que explota estos días, el futuro de España se juega más en el tablero catalán que en el vasco. Cuesta creerlo porque la crisis permanente del Pais Vasco en relación con España, que va siempre a peor, cuestiona la organización del Estado. Pero ese es, con todo, un problema menor en comparación con una eventual crisis similar alentada desde Cataluña. Por eso las elecciones del 16 de Noviembre son determinantes para garantizar la estabilidad. Unos resultados que situarán a Cataluña en la deriva vasca, reforzando el grave problema ya planteado, supondría la mayor crisis política desde el restablecimiento de la democracia. El Gabinete de Estudios de la Guardia Civil guarda un estudio realizado en 1987 en el que se señala que «el riesgo de independencia de Cataluña es mayor que el del Pais Vasco y el de Canarias». El estudio marca diferencias sustanciales: los independentistas vascos reclaman siete provincias, tres de ellas francesas y dos muy divididas sobre esa posibilidad, Alava y Navarra. Sus posibilidades de éxito son escasas. Los catalanes, en cambio, se refieren sólo a las cuatro provincias ya integradas en la Comunidad, tienen autonomía económica (por ejemplo generación de energía eléctrica propia) y no tienen terrorismo, lo que abre un escenario pacífico de hipotética segregación. Otra cosa es que el sentimiento independentista de los catalanes sea inferior al vasco pero sus condiciones, en esa eventualidad, serían mejores. Un cuarto de siglo Años después, aquel estudio adquiere una importancia muy especial. Acaba un cuarto de siglo de estabilidad que ha protagonizado Jordi Pujol. El mismo lo recordaba el viernes por la noche crudamente: «Tuvimos que pactar hasta con el PSOE del GAL para garantizar la estabilidad.» Pero Pujol se va y el dilema es ahora, simplificandolo, «cambio» o «relevo», según el nuevo presidente sea Pasqual Maragall o Artur Mas. «Cambio radical y profundo» como pide Maragall o «cambio de régimen» como dice Joan Saura de Iniciativa per Cataluña en alusión un tanto despectiva al inacabable pujolismo. Pero, paradójicamente, ese cambio supone estabilidad institucional en la relación con España y Felipe González y Manuel Chaves han acudido desde primera hora a la campaña para asegurar al electorado que Maragall no traerá aventuras. Cosa distinta apunta el heredero de Pujol que recrimina a Esquerra Republicana que ya no hable de «independencia» o que propone que los deportistas catalanes compitan bajo bandera de Andorra,sin duda una ocurrencia que pasará a la historia, sino política, al menos de los disparates. La falta de consistencia del presunto heredero de Pujol y seguramente la falta de ideas en su partido, como admite un destacado miembro del gobierno catalán, puede generar un bandazo político de alto riesgo: «El problema de nuestro partido (Convergéncia) es que si rascas debajo de la bandera, de la idea-fuerza de Cataluña como nación y del himno hay muy poco, casi un vacío llenado solo por la gran figura de Pujol. Además, con la salida de Roca Junyent y su gente los partidarios de la relación actual con España quedaron debilitados.» Seguramente también por eso Rajoy y Aznar han acudido desde el primer día a apoyar a Piqué quien desarrolla una campaña brillante a diferencia de sus antecesores. Los dos máximos dirigentes populares saben bien lo que se juega en estas elecciones si el electorado hace inevitable un gobierno Convergéncia-Esquerra Republicana presidido por un débil Mas con un potente Carod Rovira, atención a este nombre, en la Generalitat. Pero además es que si gana Maragall vaya usted a saber que puede pasar en marzo en las generales y por eso Rodrigo Rato recordaba ayer en Expansión que «aunque se haya ganado en Madrid la victoria en Marzo no está asegurada». Cambio de voto El Partido Popular en cualquier caso subirá en Cataluña dentro de dos semanas aunque Joep Piqué confiese en privado lo siguiente: «Un empresario que había comprometido su voto conmigo me anunció que votará Maragall. El cambio lo justitifica porque ya ha visto que Mas pierde y prefiere un Maragall fuerte frente al nacionalista Carod Rovira que presumiblemente gobernará con él». Que Esquerra estará en el gobierno catalán no lo duda nadie y el propio Carod Rovira lo reafirmó el viernes en una conversación mantenida en Rubí: «Nada de participar solo en la mayoría parlamentaria y apoyar desde fuera. O en la oposición o dentro del Gobierno, con unos o con otros, sin excluir que la presidencia sea para nosotros.» Carod habla así de desafiante porque puede. Hacen falta 68 diputados para formar Gobierno. Maragall y Mas estarán en los cincuenta con ligera ventaja para el socialista. Esquerra puede pasar de los doce actuales a cerca de veinte por lo que tiene la llave del gobierno y la va a usar. Pero Esquerra Republicana, simpatizante del Plan Ibarretxe, no será lo mismo con uno o con otro. El mismo dirigente de Converegencia citado lo reconoce: «Nuestro aparato es más sensible a la tendencia independentista de Carod Rovira mientras que la personalidad de Maragall y los Montilla del aparato socialista catalán, andaluces de origen, y el PSOE detrás, dibujan una Esquerra con menos humos en el Gobierno. Pero déjeme añadirle que creo que ganaremos». La solución dentro de dos domingos.

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