«¡Déjame terminar!»
La futura Princesa de Asturias mostró su cáracter pidiendo a su prometido que no la interrumpiera y dominando en todo momento un trance nada fácil de llevar
«Quiero dedicarme a esta nueva vida con el apoyo y el cariño de los Reyes y el ejemplo impagable de la Reina» DOÑA LETIZIA ORTIZ Prometida del Príncipe Felipe Letizia Ortiz dejó claro ayer que fue periodista antes que princesa y que tiene una personalidad muy formada que está dispuesta a mantener. En todo momento, la prometida del Príncipe se mostró resuelta en sus intervenciones e incluso guió al heredero de la Corona en su recorrido para cumplir los deseos de sus hasta hace poco compa-ñeros de profesión. Una de las sorpresas fue el anuncio de que doña Letizia se desvinculará gradualmente de su trabajo en TVE, no de golpe, aunque el detalle más llamativo se produjo cuando no dudó en regañar cariñosamente al Príncipe cuando éste le interrumpió mientras ella contaba que pensaba seguir el ejemplo de la Reina a la hora de desarrollar sus responsabilidades. «Déjame terminar», le espetó de forma totalmente espontánea. Letizia Ortiz ha querido comenzar su andadura en la Casa Real pisando fuerte y marcando diferencias. Para empezar, rompió la tradición de regalar un reloj a su prometido, que habían seguido las dos infantas, y optó por unos gemelos. Nada de amilanamientos. Letizia saludó a sus todavía compañeros de profesión y habló con naturalidad de su nuevo estatus: «Es más difícil estar a este lado. Ahora entiendo a los entrevistados...», dijo tras ser preguntada por su nueva faceta. Letizia Ortiz quiso también dejar constancia de su amor por la literatura regalando al Príncipe un libro de Mariano José de Larra, El doncel de Don Enrique el doliente . Sin duda, la prometida no ignoraba que el libro narra la historia de un amor intenso que lucha contra todo pero que acaba mal. Otro detalle que habla de la personalidad de la futura reina. Si se está gestando o no un nuevo estilo en los futuros Reyes es algo que el tiempo ratificará, pero ayer se pudieron entrever algunas pistas. En el momento de la foto oficial final, en la que ya estaban junto a ellos sus respectivas familias, Letizia Ortiz tiró de la manga de la chaqueta del Príncipe hacia arriba para que los gemelos que le había regalado salieran convenientemente en la imagen. La espontaneidad de la pareja, manejada en buena medida por la novia, se escenificó también cuando los novios hicieron esperar a los Reyes al entrar éstos en el patio de los Austrias. Estaban tan entusiasmados hablando con los medios de comunicación que durante un par de minutos dejaron que don Juan Carlos y doña Sofía esperaran por ellos. En esa coyuntura, apenas extrañó a nadie que la periodista charlara con sus futuros suegros, los Reyes de España, con una naturalidad fuera de lo común para una persona que los conoce desde hace relativamente poco tiempo pero, claramente, para doña Letizia, los Reyes ya son, al menos, tan suegros como Reyes. Quienes la conocen aseguran que Letizia Ortiz habla mucho con todo el mundo y que probablemente volverá locos a todos en Zarzuela con su locuacidad. De lo que no cabe duda es de que ha conquistado el corazón del Príncipe, que ayer se mostró también mucho más dicharachero y locuaz de lo que es habitual en sus intervenciones. Ahora, a la futura Reina le quedan unos meses de aprendizaje antes de la boda. Pero, a estas alturas, ¿alguien cree que tendrá algún problema para amoldarse? Más bien será al contrario.