Diario de León

Lo nunca visto con Aznar

Sólo dos meses después de que Rajoy fuera nombrado sucesor las polémicas abiertas por el alcalde de Madrid y Mayor Oreja evidencian incipientes problemas de cohesión en el Partido Popular

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Enrique Clemente - redacción | madrid
León

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Han pasado apenas dos meses desde que Aznar nombro sucesor a Rajoy y le cedio todo el poder en el PP y ya han aflorado las primeras desavenencias serias, que ponen al descubierto incipientes problemas de falta de cohesion y liderazgo en el partido. Los maximos dirigentes estan dirimiendo en la tribuna pública sus discrepancias, un es-pectaculo sin precedentes en los ultimos tiempos, que no se había presenciado nunca mientras el actual presidente del Gobierno mandaba con mano de hierro. Muchos anos después, con el líder en retirada y ante el reto de unas elecciones generales se comprueba que en el PP hay familias, expectativas personales y sensibilidades diferentes, algo que ni siquiera afloró en la guerra contra Irak, a la que se opusieron el 92% de los espanoles sin ocasionar ninguna fisura en las prietas filas populares. Los problemas actuales pro-ceden del centro-izquierda representado por Gallardón y de la derecha espanolista que encarna Mayor Oreja. Aunque tambien se pueden explicar en clave de ambiciones personales, insatisfechas por la decision de Aznar de ungir a Rajoy como delfin. La polémica más llamativa la protagoniza Alberto Ruiz-Gallardón, con su decision de subir los impuestos en Madrid un 26%. Al enfant terrible , el eterno discolo del PP, le acusan sus companeros de formación política de ir por libre, de deslealtad y de buscar su interés personal, en detrimento del partido. La decisión del alcalde madrileno de aumentar la presion fiscal se opone frontalmente a la política defendida por el Gobierno y los populares y, lo que incluso es más grave, con la estrategia electoral de Moncloa y Génova de cara a las elecciones catalanas y, sobre todo, a las generales de marzo del 2003. Hasta ahora la consigna in-discutible del PP era bajar los impuestos. El «mal ejemplo» de la capital podría perjudicar al candidato Mariano Rajoy. Gallardón recibió el lunes un rapapolvo del vicepresidente primero, Rodrigo Rato, el guardián de las esencias economicas del Gobierno. «La elevación de los impuestos no es el camino para resolver los problemas del presente y del futuro», le espetó en una declaración que más bien parecía dirigida a un opositor. Más inadvertida ha pasado la carga de profundidad que Mayor Oreja lanzó a las aspiraciones electorales del candidato del PP en Cataluña, Josep Pique. El ex ministro del Interior comparó la herencia de ETA, que dijo es el plan Ibarretxe, con la herencia de Pujol, que aseguró es la posibilidad de que gobierne Esquerra Republicana de Catalunya. Arenas, se vio obligado a descalificar a Mayor. A Rajoy se le ha revuelto el gallinero. Habrá que ver si su proverbial mano izquierda es suficiente para aplacar ánimos.

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