El antecesor del capitán del «Prestige» denunció a la clasificadora su mal estado

Costazos Efftrapios, el capitán que precedió a Apolos Mangouras al mando del Prestige , denunció el mal estado del buque en un fax dirigido a la clasificadora American Bureau of Shipping (ABS). La denuncia, con fecha de salida del 16 de agosto del 2002 y dirigida a la sede central de la sociedad de calsificación en Houston (EE.UU.), detalla hasta nueve deficiencias en distintos aspectos técnicos del buque. De los defectos que Efftrapios refiere de su puño y letra y en lengua inglesa destaca la existencia de corrosión y grietas en los refuerzos transversales del tanque de lastre número 3 de babor. En esta misma área, pero en el costado de estribor, fue donde se produjo la avería inicial el 13 de noviembre. «El estado del tanque de lastre número 3 de babor no es bueno (refuerzos transversales agrietados o corroídos)», asegura el capitán en un estilo telegráfico. De acuerdo con José Manuel Martínez Mayán, experto en petroleros y en seguridad marítima, «se trata de una deficiencia estructural importante de la que se informa tres meses después de la inspección anual realizada por ABS en Dubai». ¿Por qué no detectó la clasificadora estas deficiencias?. Trasvases complejos La brece nota que forma parte del sumario que se instruye en el juzgado de Corcubión también refiere que las calderas auxiliares que producen vapor para las bombas de carga y la calefacción de los tanques «están en muy mal estado». Sobre este mismo asunto, Efftrapios informa de que el sistema calefactor de los tanques «está muy deteriorado y hay demasiadas pérdidas de agua». Según Martínez Mayán, «esto demostraría que la posibilidad de calentar la carga para realizar trasvases se complicaría mucho». No obstante, el profesor de la Escuela de Marina Civil de La Coruña ve aún más peligroso el mal estado en que se encontraban las tomas de refrigeración de agua salada que, según el fax remitido a ABS, «tienen pérdidas y partes corroídas». «Esto podría provocar la inundación de la sala de máquinas y, en un caso extremo, el hundimiento del barco. Yo mismo, añade Martínez Mayán, he vivido un caso similar en el que el buque se fue a pique». Aguas fecales Otro dato que no afecta a la seguridad del petrolero pero que da una idea del estado en que estaba es la situación del tratamiento de aguas fecales a bordo. «Los tanques para los residuos fecales no funcionan (...) todos los componentes están rotos o corroídos», se lee en el fax. El propio capitán reconoce que evacúan todos los resoduos al mar ante la imposibilidad de almacenarlos o tratarlos, en contra de la normativa internacional sobre este tipo de residuos. El Prestige , por tanto, ya tenía alguna experiencia en contaminación antes de su accidente.