Cartografías e informática de última generación contra el fraude
Para compensar la desconfianza vecinal sobre cualquier tipo de impuestos, incluído el IBI, el Catrastro se ha dotado de modernos métodos informáticos que incluyen desde bancos de datos conectados con los ayuntamientos hasta convenios con los colegios oficiales de notarios o de registradores de la propiedad, de forma que cualquier inmueble puede ser controlado «de oficio» en pocos minutos, si no en tiempo real. La Oficina Territorial del Catastro, en León, por ejemplo, dispone también de cartografía que se actualiza prácticamente cada año sobre los treinta municipios mayores de la provincia, los cuales, posteriormente informatizados, permiten seguir al momento datos sobre superficie, propietarios, antigüedad o características de cada vivienda, etcétera. A corto plazo el Catastro espera contar con fotografías aéreas y posteriormente informatizadas en sus más mínimos detalles del resto de los aproximadamente 170 municipios rurales de la provincia, al igual de las que dispone ya la UE para contrastar las ayudas de la PAC finca por finca. «La cartografía ya ha sido adjudicada y estará acabada antes del 2006». Frente a estos sistemas de control poco puede hacer ya la colaboración u oposición de los vecinos, que, en cualquier caso, están totalmente «fichados» en los bancos de datos. «Antaño había que insistir mucho casa por casa para actualizar el catastro de cada pueblo, pero obviamente esa colaboración tiene hoy un valor ya muy relativo», porque lo que vale es lo que aparece en la fotografía o en los ficheros, ya sean del ayuntamiento, del noterio o del registrador de la propiedad.