España vincula la cooperación con Marruecos en inmigración a la repatriación de los subsaharianos
El próximo miércoles, el ministro del Interior, Ángel Acebes, y su homólogo marroquí, Mustafá Sahel, se sentarán en Madrid cara a cara en la misma mesa. Será la primera reunión sobre inmigración ilegal entre altos responsables de Extranjería de ambos países desde que el pasado 29 abril el delegado del Gobierno para la Inmigración, Ignacio González, volviera de Rabat con las manos vacías y la desagradable sorpresa de la negativa de las autoridades marroquíes a cumplir los compromisos que habían adquirido apenas dos meses antes en la cumbre de Málaga, un encuentro técnico en el que se acordó que el país vecino comenzaría a aceptar la repatriación de los más de 8.000 inmigrantes subsaharianos que cada año entran en España desde las costas marroquíes. El Ministerio del Interior quiere condicionar cualquier avance en cooperación en temas de inmigración con Rabat a que el Gobierno de Mohamed VI y su ministro del Interior rubriquen con su firma el incumplido acuerdo de repatriación que, además, incluye la promesa de las autoridades alauís de buscar a los padres o tutores de los 4.738 menores marroquíes acogidos en España para proceder a su reintegración familiar. Aunque el pasado 3 de marzo, en Málaga, España y Marruecos aprobaron de manera conjunta el nacimiento del denominado Comité Mixto para la Identificación de la Procedencia de la Inmigración Ilegal, lo cierto es que 40 días después Rabat exigió renegociar este protocolo y advirtió de que en breve mandaría sus nuevas condiciones para aceptar hacerse cargo de los miles de subsaharianos y de los menores, unas exigencias que, siete meses después, no han llegado al Gobierno español. Moderado optimismo El anunció esta semana de la visita oficial de Sahel (que permanecerá en Madrid martes y miércoles) ha sido acogido con un muy moderado optimismo por los responsables del Ejecutivo. Por un lado, valoran de manera positiva el hecho de que, finalmente, Rabat haya atendido los continuos requerimientos del propio Acebes para una reunión urgente, sobre todo después del naufragio de la patera en Rota (Cádiz) que causó 36 muertos, en su inmensa mayoría de origen marroquí. En el Gobierno español nadie oculta ya el escepticismo que provocan los anuncios, promesas o compromisos que llegan desde el otro lado del Estrecho. Los antecedentes no son nada halagüeños.