Las «madres» de la nueva democracia en León fueron tres alcaldesas de pueblo
La Constitución de 1978 no tuvo madres, aunque las esposas españolas fueron liberadas de la licencia del marido para trabajar, abrir cuentas corrientes, aceptar herencias o ser albaceas y tutoras el 2 de mayo de 1975. «Hasta entonces, la mujer tenía los mismos derechos que los menores, los locos y los sordomudos», precisa Herminia Suárez. Aquel primer Año Internacional de la Mujer trajo a la mitad de la población los primeros síntomas del largo parto constituyente, que alumbró la igualdad como uno de los pilares del estado, junto a la libertad, la justicia y el pluralismo político. Poco antes de ser aprobada la Carta Magna fueron despenalizados los anticonceptivos en España y el descenso de la natalidad no hizo más que empezar. De 13,47 nacidos por 1.000 habitantes se ha pasado en León a 6,56 y unas tasas de fecundidad de 1,2 hijos por mujer que ahora empiezan a recuperarse muy tímidamente. Las leonesas tenían su primer hijo a los 28 años de media, mientras que ahora la mayoría espera a los 31. La mujer leonesa llegó primero al poder local pero, en algún caso, aún con el benéplacito del marido no se pudo borrar de un plumazo. «Mi marido fue quien más me animó a aceptar el cargo», reconocía en abril de 1979 la alcaldesa de Cimanes de la Vega, Remedios Carbajo. Tenía 36 años y el aval de haber trabajado con la Sección Femenina cuando le ofrecieron presentarse en su pueblo por UCD y ganó. Otra ucedista, Nazaria Morala Santamarta, tomó el bastón de mando por primera vez en Villamoratiel de las Matas. La tercera, aunque breve, fue la socialista Lina Freire, en Cabrillanes, revocada seis meses después al repetirse las votaciones. «Procedo de una familia muy motivada políticamente», aclara al explicar su participación. «Motivos familiares» llevaron Remedios Carbajo a abandonar la política cuatro años después. Fue una etapa «buena, aunque con momentos muy desagradables» La oposición del pueblo entero al asfaltado, «creo que no firmaron en contra sólo cinco personas», la dio sus quebraderos de cabeza. Pero se asfaltó la plaza, se aplacaron las protestas y «el pueblo entero colaboró» en la construcción del nuevo Ayuntamiento. Nazaria Morala aguantó un mandato más, en la oposición, y nunca más intentó la aventura política. «En los pueblos es horrible, es cuando de verdad te das cuenta de cómo es la gente. Trabajé con mucha ilusión, pero no fue reconocido». Lina Freire retornó al sillón del «alcalde» en 1983 -no pronuncia la palabra alcaldesa: «en todos los papeles decía alcalde-presidente», precisa- y fue una de las dos primeras mujeres en ocupar un puesto en la Diputación provincial, junto con la berciana y también socialista Noemí Álvarez Pintor. «Se carecía de las infraestructuras básicas y recuerdo que Gabriel Pérez (el alcalde que la sustituye) y yo colaboramos con alma y vida» para conseguir las escuelas de Huergas, afirma la hoy abogada Lina Freire. Del 1% de alcaldesas en aquellas primeras elecciones democráticas se ha alcanzado, 25 años después, el 10,4%% de los puestos de mando de los municipios leoneses. En los comicios de mayo fueron elegidas en la provincia 22 alcaldesas. Nunca ha habido tantas. En 1983 y 1987 no se pasó del 2,7% (hubo seis alcaldesas en la provincia) y fue en 1991 cuando se lograron el 6,4% de los cargos (12 puestos). El 8,4% del poder local fue alcanzado por las 18 alcaldesas elegidas en las municipales de 1995. Pero en 1999, se produjo un retroceso: sólo hubo 15 regidoras. Las leonesas no aterrizaron en la política nacional hasta 1982. Manuela García Murias, ex concejala en el Ayuntamiento de León y secretaria de Organización del PSOE leonés, fue la senadora más joven aquella legislatura. María Dolores Otero tomó su relevo en 1986, por el Partido Popular y como primera senadora de Castilla y León por el centro derecha, precisa. En la autonomía la primera en encabezar una lista y resultar elegida ha sido, por dos veces consecutivas, la leonesa Isabel Carrasco, del PP. Si la carrera política se ha hecho cuesta arriba, la incorporación al mundo laboral es todavía un reto: en noviembre hay en León 11.840 mujeres desempleadas por 6.451 hombres.