El PSOE propone un Ministerio de la Seguridad en lugar de Interior

El Partido Socialista está dispuesto a dar un giro copernicano a la seguridad pública en España, incluso a costa de medidas muy controvertidas como sería la dar diferentes funciones a la Policía y a la Guardia Civil (terminando así con las demarcaciones territoriales), crear un mando único para el Cuerpo Nacional de Policía y el instituto armado o poner en marcha unidades comunes a las dos fuerzas de Seguridad que acaben con los episodios de descoordinación. El «número dos» del PSOE, Jesús Caldera, fue el encargado ayer de desvelar las líneas del programa electoral del principal partido de la oposición sobre seguridad ciudadana y de prometer que un Ejecutivo socialista liberará a corto plazo a más de 5.000 agentes para el servicio en la calle. La profunda reforma anunciada ayer comienza por una cuestión de «fondo y de forma»: cambiar el nombre al Ministerio del Interior por el de «Ministerio de la Seguridad», una nueva denominación que sea expresión del «objetivo central de servicio a los ciudadanos». La base del programa será un «nuevo modelo policial» basado en la «descentralización, integración y especialización». Fue en el último de estos puntos donde Caldera prometió cambios de mayor calado para hacer de la Policía Nacional y de la Guardia Civil cuerpos con competencias muy diferenciadas, a costa, sobre todo, de que el instituto armado pierda especialización en materias como la delincuencia, terminando así con el clásico sistema de demarcación geográfica. Según el programa «se especializará al CNP en la función de lucha contra la delincuencia en los ámbitos y en las competencias estatales y supraestatales, y en especial contra el terrorismo y las nuevas formas de criminalidad económica, organizada e internacional, extranjería y control de la seguridad privada». Frente al amplio despliegue de la Policía, la Guardia Civil -cuya supresión o absorción por parte del CNP no se prevé en ningún momento- sí que vería, sin embargo, restringidas sus competencias, de manera muy particular en delincuencia común. El proyecto del PSOE limita la «especialización» del instituto armado al «control de fronteras exteriores», «misiones internacionales de paz», «lucha contra el terrorismo», «control de armas y explosivos», «policía del mar», «resguardo fiscal del Estado» y protección de la «naturaleza y el medioambiente». Esta reforma competencial, según los planes de la Ejecutiva de Ferraz, sería paulatina y pasaría por una profunda modificación de la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En particular, la reforma de esta normativa iría encaminada a la creación de un «mando unificado y conjunto» para las fuerzas de Seguridad del Estado. Aunque en ningún momento el plan del PSOE aboga por unificar ambas instituciones, los socialistas hablan de que las dos fuerzas «deben realizar sus cometidos como si fuesen un solo cuerpo» y proponen la figura de un «director general de la Seguridad del Estado del que dependerán directamente la Guardia Civil y el CNP».