El ajetreo de la tijera del ministro

Quince días después. Unos kilómetros más arriba. Los mismos personajes repitieron idéntico ceremonial, esta vez para inaugurar el segundo tramo de la autovía entre León y Benavente. Parecía un sueño ya vivido, pero no, era de verdad. Allí estaban en la carpa instalada en el municipio de Ardón. Una amplia comitiva, más numerosa que en el primer tramo, seguro que porque no era sábado, aguardando en corrillos la llegada del ministro Cascos. Se hizo esperar 25 minutos, raro en él tan cortés en los horarios. Mientras hacía su entrada triunfal en el área de descanso, los representantes de las comunidades vecinas (Castilla y León y Asturias) se saludaban efusivamente. «¡Vivan los asturianos!» gritó el secretario de Estado de Energía, José Folgado, cuando vio a los populares del Principado encabezados por la delegada del Gobierno, Mercedes Fernández. Palmadas de espalda estratégicas y miradas de reojo para ver quién hablaba con quién y si de paso se podía saber de qué se hablaba, mejor para no quedarse relegado en no se sabe ya qué carrera y para qué... pero bueno entre colectivos de políticos siempre existe alguna carrera por empezar y terminar, claro. Cuando Cascos llegó un verdadero tumulto se abalanzó textualmente sobre él para lograr un saludo, aunque fuera fugaz, como si de la mano de un santo milagrero se tratara. Unos pocos minutos en la carpa para escuchar una breve descripción del segundo tramo de la autovía y a cortar la cinta, que es lo que vale en estos casos para lucirse bien. Un paciente obrero con funda azul esperaba al pie de la cinta para tratar de ponerla recta, tarea imposible porque se arrugaba constantemente. Hasta que dos serviciales azafatas sostuvieron un buen trozo bien estirado para que Cascos iniciara el ritual con la tijera, que seguro que viaja con él, porque aspirará a amortizarla en esa carrera desenfrenada que inició hace años de primeras piedras e inauguraciones. ¿El alcalde de Ardón? «Autoridades, por favor, poneros ahí», dijo el ministro ya impaciente por pegar el primer tijeretazo. Pero no quería empezar sin que estuviera el alcalde de Ardón, que en ningún momento pensó que el protocolo le guardaba un lugar tan destacado. «Ponte a mi lado y sujete la cinta», le pidió Cascos cuando el regidor salió de la comitiva. El primer corte, más grande que el del otro día, para el presidente de la Junta con efusivo abrazo entre ambos. Luego, trozos para todos. «Y ahora recoge toda la cinta y llévala al coche, que la guardo». Todos a los autobuses desde la alfombra azul escoltada con 16 macetas para la ocasión. Viaje inaugural y dos paradas para descubrir otros tantos hitos, uno en el kilómetro 160,3 de la A-66. Otro abrazo entre Herrera y Cascos y más saludos ante dos ejemplos de flora autóctona: olivos. Antes de llegar al segundo, vista al hito de la primera piedra, y nuevo monolito en Valverde. Después los discursos, con flores de pascua para ambientar la Navidad y los canapés. Aida no faltó en las conversaciones...