Un largo y lento peregrinaje

El plan regional territorial del Camino de Santiago en León fue aprobado definitivamente por la Consejería de Fomento la pasada primavera. Sin embargo, el documento empezó a tramitarse como plan especial de protección en la Diputación de León en 1998 (dos años después de que se decidiera su encargo) y el documento final fue aprobado en el pleno del 28 de febrero del 2001; se adaptó a las nuevas normativas de Ordenación del Territorio en el 2002. Todavía hoy no se ha hecho nada que pueda resaltarse. Ni siquiera se ha creado la oficina que cetnralice todas las actuaciones a realizar en el Camino de Santiago en León, aunque la Junta ha tomado el documento como referencia ejemplar para redactar otros similares en los tramos de las provincias de Burgos y Palencia. Sin embargo, la destrucción del patrimonio arquitectónico tradicional y del paisaje es imparable, como indicó recientemente en León el director del equipo redactor, José Luis García Grinda. El documento, un programa de protección e impulso obligatorio para todos los bienes de interés cultural, «necesita de una iniciativa política» que hasta ahora no ha tenido, lamentan los técnicos. La centralización de las actuaciones sobre el Camino de Santiago en una oficina provincial se considera un escollo difícil de salvar frente a la Junta de Castilla y León que se ha ocupado de centralizar los actos del Jacobeo 2004 en Valladolid -Consejo Jacobeo 2004- a cierta distancia del eje central del Camino Francés que surca las provincias de Burgos, Palencia y León. Plan piloto para el año santo La oportunidad del año santo para lanzar alguno de los planes sectoriales del camino -áreas de descanso adaptadas a los materiales constructivos de cada comarca por las que discurre el Camino- se va a perder si desde la Diputación no se apresuran a reclamar financiación de entidades públicas y privadas (el mecenazgo se va a volcar en la Agenda Cultural de la provincia que se prepara para el 2004) y a liderar con más vigor la articulación de la ruta jacobea en León. El Camino se enfrenta a tareas urgentes como la mejora de la calidad de los albergues -cuyas prestaciones no están reguladas- y la atención sanitaria del peregrino. Se busca un acuerdo con la Universidad de León para que sean auxiliares de enfermería en prácticas y voluntarios de Cruz Roja se ocupen de esta labor en el Jacobeo 2004. La próxima reunión de alcaldes del Camino y Diputación está prevista en enero en Astorga. Antes de esa fecha, el Instituto Leonés de Cultura debería haber recibido ya la relación de infraestructuras disponibles para organizar las actividades culturales del Jacobeo. Estas reuniones son el germen de lo que se propone en el documento como la comisión interadministrativa que debería dirigir los trabajos de la oficina técnica encargada de «supervisar, orientar, aconsejar e incluso buscar financiación. Entre los principales problemas que detecta el plan regional en el tramo leonés de la ruta jacobea se apunta, en primer lugar, la descoordinación de las actuaciones entre las administraciones. La insensibilidad de las obras públicas ha afectado en varios tramos (Calzada del Coto, salida de Astorga) a la integridad del Camino y lo mismo ocurrirá en el futuro con las reformas de carreteras nacionales si no se previene. Otros problemas visibles son los vertederos, escombreras, mal tratamiento del piso donde se ha actuado, falta de señalización, abandono de arquitectura singular y escasa recuperación de pueblos del Camino.