Diario de León

La policía investiga si están relacionados con el asesinato de dos agentes en Sangüesa

Los dos etarras detenidos planeaban una campaña de atentados en Navarra

Arruarte y Loran tenían información de dos concejales, un guardia y un empresario

Agentes de la policía inspeccionan la vía tras desactivar un artefacto

Agentes de la policía inspeccionan la vía tras desactivar un artefacto

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Melchor Sáiz-Pardo - madrid
León

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Garakoitz Arruarte Santacruz y Gorka Loran Lafourcade, los dos etarras detenidos el miércoles cuando intentaban atentar contra la estación de Chamartín en Madrid y que colocaron dos bombas en la línea férrea aragonesa, planeaban además en los próximos meses una campaña de atentados en Navarra. Según fuentes de la lucha antiterrorista, ambos etarras habían recopilado, como miembros de un comando de información de ETA, datos «precisos» sobre veinte personas en la comunidad foral. En el caso de cuatro objetivos seleccionados, la información recogida estaba ya «suficientemente madura» -con seguimientos sobre rutinas, horarios y recortes de prensa- como para llevar a cabo los atentados. Dos concejales no nacionalistas, un guardia civil residente en la comunidad foral y el dueño de una empresa de transportes son las personas sometidas a ese exhaustivo control por parte de ETA. Los nombres de estos dos políticos, el agente y el empresario -así como sus seguimientos- estaban en poder de la cúpula militar de ETA: aparecían entre los documentos localizados el pasado 9 de diciembre en la localidad francesa de Lons, tras la detención del jefe de los comandos de la banda armada, Gorka Palacios, y sus lugartenientes Juan Luis Rubenach, Iñigo Vallejo y José Miguel Almandoz. La información sobre estas cuatro personas, «muy pormenorizada», ha sido encontrada por los miembros de los Servicios de Información de la Policía en la vivienda de la calle Felipe Sagarna de la localidad guipuzcoana de Hernani, que era utilizada por los dos detenidos como piso-refugio y en la que fue capturado Loran el pasado miércoles. Ni armas ni explosivos Además de este domicilio, otras tres casas relacionadas con los etarras han sido allanadas en Andoain y Hernani (Guipúzcoa) y en la calle San Nicolás de Pamplona. En esta última vivienda de la capital navarra (domicilio habitual de Arruarte) también ha sido hallada documentación «muy vaga» sobre otras posibles víctimas: un centenar de fotografías y 50 folios de información «no muy elaborada» con nombres de militantes de UPN, empresarios, militares y miembros de las fuerzas de Seguridad, tanto de la comunidad foral como del País Vasco. En estos registros no han sido descubiertas ni armas ni explosivos, lo que hace pensar a la Policía que «la campaña no iba a ser inminente». Los datos sobre posibles objetivos -según el análisis de los expertos- fueron «elaborados» por los dos detenidos, que en el pasado habían constituido un simple «comando de colaboradores» dedicados a labores de información («pianistas», en terminología de la banda). Aunque Loran vivía en Hernani, no habría tenido problemas en ayudar a su compañero a recopilar información en Navarra, ya que se desplazaba diariamente a Pamplona para trabajar como profesor de la ikastola Amaiur, ubicada en el barrio de Iturrama, según publicó ayer Diario de Navarra . Interrogatorios Los interrogatorios de Garakotiz Arruarte y Gorka Loran, que desde el miércoles por la noche se encuentran en dependencias de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional en el complejo de Canillas en Madrid, se centran en saber si ambos guardan alguna relación con tres acciones recientes de ETA en la comunidad foral. Se trata del atentado con bomba-lapa contra un equipo de expedición del DNI en la localidad navarra de Sangüesa el pasado 30 de mayo y que costó la vida a dos de los agentes Bonifacio Martín Hernando y Julián Envit Luna; la colocación de una bomba de cuatro kilos de dinamita el 13 de julio de este año en el hotel Maisonnave de Pamplona, que pudo ser desactivada por los TEDAX de la Policía Nacional; y la explosión el 25 de julio de una bomba de dos kilos junto a los juzgados de Estella. Además, los servicios de Información indagan quién y cuándo pasó al comando «legal» que componían los dos detenidos los explosivos, detonadores y temporizadores para las cuatro bombas.

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