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En Marruecos, traen regalos a los niños tras la fiesta del Cordero; en Cuba, el fin de año gira en torno a un puerco asado

Frijoles, «cus-cus» y Santa Claus

Inmigrantes de tres países cuentan cómo pasan la Navidad en León en busca de trabajo y de futuro

La familia de Abdul Akrouch preparó dulces de coco y una tarta para felicitar el año nuevo a León

Publicado por
Ana Gaitero - león
León

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La Navidad les ha sorprendido con un regalo poco grato: una reforma más de la Ley de Extranjería de enero del 2000. Pero su problema no es entrar en España -como lo va a ser para los futuros inmigrantes- sino abrirse camino en una provincia donde el trabajo escasea. Abdul Akrouch, marroquí, vive con su familia en un quinto sin ascensor en el límite de León con Navatejera. Es padre de tres chicos y tres chicas, aunque ya sólo la mitad dependen de él. Reciben a los periodistas con una tarta de bizcocho y chocolate, dulces de coco y té. «León 2004» escribieron las cocineras con harina de coco sobre el fondo negro de la tarta. Quieren brindar por un «buen futuro para León» porque el suyo, reconocen, está unido ya a la suerte de la provincia. La televisión sintoniza el segundo canal de Marruecos a través de la parabólica. Abdul llegó a León hace muchos años y trabajó como minero en Hulleras de Sabero entre 1976 y 1978. Luego se casó y decidió dejar la mina y buscar trabajo en Gibraltar. En el año 2000 regresó a León y empezó a trabajar como mecánico, pero después de conseguir reunir a su familia ha perdido el empleo. «Tengo un hijo que trabaja en una granja y es el que está tirando de toda la familia», explica. Los otros tres estudian. Fatma Sara, de 18 años, acude a clases de castellano en el centro de adultos y en Cruz Roja; Salah, de 16 y el pequeño Elmedi, de ocho años, van a escuelas del barrio, La Asunción y el colegio público Cervantes. Las Navidades de Abdul Su plan para la Navidad es «pasear» y esperar que a la vuelta del año nuevo salga un trabajo. No es costumbre entre los musulmanes celebrar la Navidad, pero «consideramos a Jesús como un profeta, igual que Mahoma, y lo respetamos». El equivalente a Reyes, con regalos para los más pequeños, se celebra después de la fiesta del Cordero (hacia el mes de marzo). El cus-cus de cordero y los frutos secos reinan en las mesas durante la Ashora . Las Navidades son «muy buenas para los negocios», añade. «Tengo el carné de camión, de trailer y de autobús, pero aquí no me vale», se queja. El problema de la homologación de los permisos de conducir surge al final de la entrevista. «Tengo seis multas de 360 euros por conducir sin permiso español», cuenta su amigo Tarik. Este joven es el padre de uno de los primeros niños que nació en León en el 2003. Ilyas cumplirá un año el 6 de enero y es un niño marroquí, como su madre y su padre, aunque en el futuro podrá optar a la nacionalidad española. «Los médicos nos tratan igual que a los españoles, no hay diferencia», apunta antes de lamentar que el único inconveniente de León es la «dificultad para encontrar trabajo». Tarik se arregla como ayudante en el negocio de su suegro, un vendedor ambulante afincado en Ponferrada. «No me deslumbran» Las Navidades cubanas no tienen nada que ver con las de aquí, pero a Marisa Corel, cubana de 47 años, no le deslumbran compras ni villancicos. «Vivir aquí es una carrera de resistencia, pero creo que quien viene con la conciencia clara de trabajar logra mejorar su vida». Es descendiente de leoneses, sus abuelos fueron emigrantes de Val de San Lorenzo y Santiago Millas, que ha llegado, también como emigrante, a la tierra de sus antepasados. Después de dos años con contratos de ayudante de cocina se ha quedado en el paro. «La trabajadera de la cocina aquí es dura, he llegado a tener jornadas de 14 y 16 horas, pero cuando uno emigra no puede estar escogiendo mucho y donde más trabajo hay en León es en la hostelería», explica esta licenciada en Educación Física que ya tuvo que renunciar a su vocación profesional -la natación- para sobrevivir en Cuba. Puso un paladar -restaurante en una casa particular en Cuba- pero, al final, los problemas económicos le obligaron a dejar la isla. Tuvo que esperar un año entero por el visado y ahora está pendiente de que se lo concedan a su hija. El hijo también vive en León y, como ella, echa de menos las costumbres cubanas de la Navidad. «El 24 de diciembre se celebra más desde que el Papa estuvo en Cuba, pero la auténtica fiesta allí es el 31 de diciembre». Ese día se cocina arroz blanco, frijoles negros, yuca con mojo y ensalada; pero lo realmente especial es el puerco asado: «Todo el que puede lo asa en el jardín al carbón y la fiesta radica en andar todo el día en torno al asado». En su país «no hay ni la mitad de las cosas que se pueden comer aquí, pero lo poco que tenemos lo disfrutamos mucho. Nosotros tenemos otro carácter», asegura Marisa Corel. La herencia leonesa que lleva en su sangre no la han reconcialidado, después de casi tres años, con las Navidades de aquí: «Para mí, la Navidad aquí no significa nada». Su vida discurre en busca de un nuevo trabajo y encuentra que su edad es un obstáculo. Vuelve a Cuba de visita y quiere emanciparse con un negocio propio en León. «Llegué como todos, ilegal» Es lo que ha hecho el búlgaro Andrei Tsoy después de dos años trabajando como panadero y de peón de la construcción. Para él la Navidad del 2003 es la oportunidad para abrir su tienda de ropa de marca en la calle República Argentina, siempre que los permisos municipales lleguen a tiempo para aprovechar las fiestas de fin de año y Reyes. «Llegué como todos, ilegal» y hasta que consiguió los papeles trabajó sin figurar en las listas de la Seguridad Social. A sus 27 años, gracias a las amistades italianas y un alquiler asequible, emprenderá la aventura de vender en León. Como en Cuba, en Bulgaria en Navidad manda la tradición gastronómica del cerdo para fin de año, mientras que el 24 y el 25 los platos son vegetarianos: frutos secos, arroz y col ( sarmi ), lentejas y hojaldre con queso, huevos y mantequilla ( banitza ) asado. El gran acontecimiento es la llegada de Santa Claus el 24 de diciembre. La Navidad regresó a Bulgaria con la caida del comunismo. Durante 45 años sólo se celebró el Año Nuevo. «Frase 2 3sdfui dsfuisdfuisduifisdfui sdfuisdiu fi dfsuisduf sui 4 líneas» NOMBRE Cargo «Las nuevas medidas de la ley de extranjería pretenden convertirnos a todos en agentes de vigilancia de los inmigrantes» MIGUEL ÁNGEL CUETO, responsable del centro guía de Inmigrantes de UGT en León

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