El PP propuso una agencia tributaria propia en su programa en las catalanas

El PP acudió a las elecciones catalanas del 16 de noviembre con la misma reivindicación que ahora plantea el PSOE: las agencias tributarias propias, según informaba ayer la cadena Ser. El programa electoral del Partido Popular en cataluña recogía expresamente esa intención que, ahora, para el presidente Aznar puede acabar rompiendo el esqueleto constitucional. Literalmente el programa electoral defendido por Josep Piqué para las elecciones catalanas señalaba: «La plena asunción por la Generalitat de su corresponsabilidad en materia fiscal, circunstancia que da a pie a la administración tributaria catalana para diseñar de forma coherente y ordenada y una política fiscal propia». Más adelante, el programa del PP proponía «crear la Agencia de gestión de tributos de la Generalitat de Cataluña, con funciones de gestión, recaudación e inspección de los tributos propios de la Generalitat y de los tributos cedidos». Esta propuesta es similar a la defendida en el programa electoral del PSOE para las próximas generales de marzo y que ha levantado el unánime rechazo del PP y del Gobierno de José María Aznar. Zaplana también La Ser destapa que el propio portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, defendió en su etapa como presidente de la Generalitat valenciana una reforma de la Agencia Tributaria para que, en sus propias palabras, «dejase de ser un ente público unicamente dependiente de la Administración del Estado». En un libro que publicara en aquel entonces El acuerdo de España Temas de hoy, 2001, Zaplana aseguraba que un modelo posible para la financiación autonómica era «la descentralización completa de la gestión tributaria, que llevaría consigo la creación de una Agencia Tributaria propia. Ayer Zaplana aseguraba que el Gobierno considera que su papel en defensa de la Constitución ante los ataques nacionalistas y los desvaríos socialistas es similar al que desempeñó el Ejecutivo de la UCD en la transición, en la que tuvo una «aportación fundamental y esencial» para alcanzar el acuerdo constitucional. La Carta Magna, dijo el portavoz Eduardo Zaplana, fue «un mérito de todos», pero «especialmente del Gobierno del centro político» que «moderó las posiciones de la izquierda». Ahora, añadió, es «también el centro político el que quiere moderar las posiciones» del PSOE y del nacionalismo. Zaplana criticó a Maragall y lo calificó de insolvente y acusó de no conocer las leyes.