El Gobierno vasco denuncia una campaña de boicot contra todo lo vasco
La consejera de Cultura, Miren Azkarate, denunció ayer una «amplia» campaña de «boicot y censura» contra grupos y cantantes vascos, que se extiende también contra determinadas empresas, grupos empresariales, centros comerciales y productos comerciales vascos. Según dijo, hay «un estado de opinión ante la sociedad de intentar penalizar todo aquello que no parezca políticamente correcto a determinadas instancias». «Desde hace unos cuantos meses estamos ante una situación en la que todo lo que se desmarque de una determianda línea recibe inmediatamente un severo toque de atención», subrayó ayer en San Sebastián. Aunque no quiso citar los nombres y apellidos de los artistas afectados (como Fermin Muguruza o Berri Txarrak), recordó que se refiere a varios cantantes y grupos musicales, que «tenían ya conciertos contratados y se han suspendido ante amenazas de grupos que podríamos calificar de ultras y, ante la imposibilidad de garantizar la seguridad de los músicos y de las personas que acudían al concierto». Azkarate recordó que, «de la misma manera que denunciaron las acciones contra la obra de Ibarrola o los intentos de censura y boicot contra la película de Julio Médem», pretenden mostrar también su «oposición más rotunda a estas acciones de boicot contra los grupos musicales vascos». «Grupos radicales» Según dijo, «hace ya tiempo que venimos asistiendo a la persecución de grupos musicales, de artistas y cineastas por lo que dicen o lo que piensan». «Por una parte, el mundo radical de ETA persigue y destruye la obra de Ibarrola, por otra parte, también otros radicales, de otro signo, actúan contra el propio mundo cultural promoviendo boicot comerciales a importantes grupos empresariales vascos», denunció. En esta línea, aseguró que «se han lanzado amenazas directas a empresarios a los que se les anuncian que se promoverán campañas para no adquirir sus productos». Así, citó que el grupo Eroski ha recibido «serias descalificaciones» al querer expandir su mercado y abrir nuevas superficies comerciales, al tiempo que apuntó a las «dificultades» que padecen empresarios que no se pronuncian contra el Plan Ibarretxe. Por tanto, a su juicio, «estamos asistiendo a una amplia campaña contra el mundo de la cultura y contra círculos más amplios que el mundo de la cultura».