Del palacio al chalé con piscina

José María Aznar y Ana Botella están hipotecados hasta el año 2019. Esa es la fecha en la que acabarán de pagar el crédito de 55 millones que pidieron al Banco de Comer-cio para comprar el chalé en el que vivirán dentro de dos meses, cuando Rajoy o Zapatero les echen de La Moncloa. Previsor, como buen inspector de finanzas, el presidente tiene preparada desde hace tiempo la mudanza. El hogar en el que decidirá su futuro, escogiendo entre las múltiples opciones laborales que tiene encima de la mesa, es una vivienda unifamiliar de dos pi-sos en la lujosa urbanización Monte Alina, en el municipio madrileño de Pozuelo. Los Aznar compraron la casa en régimen de gananciales el 16 de julio de 1999, según consta en la escritura, firmada por Ana Botella en nombre de ambos. El precio fue de 98 millones de pesetas, gracias a una pequeña rebaja, y el crédito de 55 millones se les concedió a un interés del 3,75% con una revisión anual de 0,5 puntos sobre el Mibor (ahora Euribor). El resto de dinero salió de la venta del piso que el matrimonio poseía en la calle Diego Ayllón de Madrid, en la que vivieron desde su llegada de Valladolid hasta que el atentado sufrido por Aznar les obligó a trasladarse a un chalé alquilado por el PP en La Moraleja. Buen negocio La espectacular subida de la vivienda, uno de los grandes fracasos del Gobierno Aznar, le ha supuesto sin embargo al presidente un magnífico negocio. El chalé que compró hace apenas cuatro años por 98 millones de pesetas vale hoy, según todos los expertos, cerca de 400. Las plusvalías en la vivienda son una constante en la vida de Aznar. La casa de Diego Ayllón, que compró en 1983 por siete millones de pesetas, fue vendida doce años después, en 1995, por 72 millones, diez veces más. Y tampoco el pago de las letras del préstamo, que ascienden a unos 1.500 euros, le ha supuesto un grave problema. Durante dos años la vivienda de Monte Alina estuvo alquilada a un ejecutivo italiano que pagó 3.000 euros mensuales, con lo que incluso ahorró 1.500 euros cada mes. El nuevo chalé se levanta sobre un solar de 1.608 metros cuadrados con 550 de superficie construída y ha sido edificado por la empresa Levitt. Dispone de una piscina en la parte trasera y de un amplio garaje en el que caben varios vehículos. Tras el recibidor, hay un gran salón para invitados. Las otras estancias de la planta baja comprenden un salón privado, un cuarto de estar, un comedor, un aseo para invitados, una espaciosa cocina y las habitaciones del servicio. Los dormitorios de los Aznar se sitúan en las plantas superiores. La vivienda se encuentra en obras, debido a las importantes reformas encargadas. Ana Botella acude con frecuencia a supervisarlas y Aznar las visitó por ejemplo en 30 de agosto, el día que decidió nombrar sucesor a Rajoy. Los Aznar serán recibidos por sus vecinos con división de opiniones. Unos están encantados de que la zona se revalorice con tan ilustre inquilino y otros están indignados por el muro de cuatro metros que rodeará la casa por motivos de seguridad y que, según algunos, es ilegal. Ana Botella se está encargando no sólo de la supervisión de las obras de reforma en el chalé, sino de su decoración. Ha dispuesto una de las estancias para acoger a su futuro nieto cuando los Aznar tengan que hace de canguro .