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El socialista culpa al PP de buscar un beneficio partidista a la polémica

El líder del PSOE considera impecable la actitud de Maragall

Los «barones» y todo el partido hacen frente común para arropar al candidato a la Presidencia

Rodríguez Zapatero, ayer, durante su declaración pública

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ep / m.s. | madrid

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El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, destacó anoche que el PP ha tenido «una vez más» una actitud «lamentable», en relación con la crisis en el Gobierno catalán, que ha terminado con la salida del Ejecutivo de Josep Lluis Carod Rovira. En una declaración en la sede federal de Ferraz, el líder socialista indicó que los populares son «incapaces de entender que la lucha antiterrorista es un tema de Estado», y les acusó de intentar sacar «beneficio partidista» de la polémica. Además, consideró «acertada e impecable» desde el punto de vista institucional la decisión de Maragall de aceptar la renuncia de Carod Rovira. Los máximos dirigentes del PSOE con los «barones» a la cabeza respaldaron públicamente este martes la orden que su secretario general dio a Pasqual Maragall para que destituyera de inmediato a su consejero jefe por haberse reunido con ETA a sus espaldas. Única salida posible a ojos de la mayoría de los socialistas, preocupados por la fatalidad que persigue a su candidato a la presidencia del Gobierno por culpa de errores propios y ajenos e inquietos por la proximidad de las elecciones generales. «No se lo merece», es la opinión que ha cundido en el Partido Socialista después de la crisis abierta en la Generalitat por el encuentro que mantuvo Josep Lluis Carod-Rovira con terroristas. Arropando al líder Los «barones» autonómicos salieron en tromba para apoyar públicamente la autoridad de su líder. Uno de los más contundentes fue el secretario general de los socialistas vascos, Patxi López, quien urgió a Maragall a aceptar la dimisión del conseller en cap cuanto antes por ese «error gravísimo» que colocaba a la banda terrorista en el «epicentro» de la vida política. López no sólo criticó la «inmoralidad» de la reunión, sino también que Carod-Rovira lo hiciera sin informar al presidente de la Generalitat. José Bono, presidente de Castilla-La Mancha y uno de los notables de Rodríguez Zapatero, afirmó rotundo que «estoy con mi partido, con mi secretario general y con el comunicado que hizo público ayer desde la cruz hasta la raya». Tras intervenir en Madrid en el I Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo, Bono fue tajante: lo que debía hacer Maragall era echar a Carod-Rovira del Gobierno catalán. El presidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra, uno de los primeros en subirse al carro de las llamadas a rebato de su partido en los momentos difíciles y también uno de los que más quebraderos de cabeza ha dado a la dirección federal, subrayó que «yo voy a estar siempre detrás de José Luis Rodríguez Zapatero», aunque pierda los comicios del 14 de marzo. Horas antes de que Maragall compareciera, Rodríguez Ibarra anunció que en el caso de que el presidente catalán se negara a acatar la disciplina del PSOE él aceptaría «las consecuencias» que tomara el líder de su partido. El más madrugador fue Manuel Chaves, quien denunció la «insolidaridad» del líder de ERC con la lucha antiterrorista y subrayó la «deslealtad» que en su opinión supuso haber planeado una entrevista con etarras una vez que era miembro del Gobierno sin haber comunicado o pedido autorización a su presidente.

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