Zapatero apuesta por un crecimiento «sano y sostenible» que impulse la política social

El candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se sometió ayer a una de las pruebas de fuego de la precampaña electoral: la defensa del programa económico de su partido ante el Colegio de Economistas de Madrid. Ante un nutrido grupo de expertos, que rubricaron su discurso con un largo aplauso, definió el proyecto del PSOE como el «más elaborado, transparente y debatido de la reciente historia de nuestra democracia», «el que mejor responde a todos los problemas económicos del país» y «el más realista y riguroso de cuantos concurren a las próximas elecciones del 14 de marzo». El decano, Manuel Lagares, le advirtió de entrada que para recabar el beneplácito de los economistas debía dejar claro sus objetivos prioritarios, demostrar coherencia entre «fines y medios» y probar capacidad para aplicar sus recetas. Zapatero contrapuso su programa a las propuestas de Mariano Rajoy -al que se refirió como «mi huidizo contrincante»- «que no tiene un proyecto económico nuevo, sino pequeñas iniciativas y parches sobre un modelo que ya no da más de sí, un modelo que dio resultados visibles a corto plazo pero que le puede terminar estallando en las manos». Punto débil El líder socialista afrontó pronto uno de los puntos débiles de su apuesta, la defensa de un modelo de «equilibrio presupuestario» que, bajo la égida de Rodrigo Rato, se ha convertido en la bandera de ocho años de gobierno del PP. Pero Rodríguez Zapatero la presentó como un valor netamente progresista, porque «garantiza la equidad intergeneracional, no traslada injustamente las deudas del presente a las generaciones futuras, y respeta las necesidades de financiación del tercer mundo». Rodríguez Zapatero destacó que el eje de su programa se fundamenta en el crecimiento económico porque para equiparar el desarrollo de España con el resto de la Unión Europea «es imprescindible crear riqueza de manera sana» y así poder llevar adelante políticas sociales. Y dio la ecuación para conseguir recuperar la senda que cree perdida, en la que la economía esté al «servicio de la vida, de nuestros jóvenes y mayores, y no ellos al servicio de los intereses de muchos especuladores».