Una operación de maquillaje

Bruselas acaba de abrir el largo debate para decidir cuánto dinero se gastará en el período 2007-2013. Y aunque la Comunidad será para entonces un gran club de 27 países, eso no se traducirá en un gran incremento del presupuesto. 1 Los dos bandos. Dentro de la Comisión existe un bando, bautizado sin ánimo maléfico como el de los ayatolás, en el que estarían los comisarios de los países contribuyentes netos, como la verde alemana Michaele Schreyer, responsable del Presupuesto; su compatriota Günter Verheuguen; el británico Neil Kinnock, o la sueca Margot Wallström, entre otros. El otro bando, el del dispendio, contaría con los españoles Loyola de Palacio y Pedro Solbes, el francés Michel Barnier o la griega Anna Diamantopoulou. 2 Las dos propuestas. A la hora de fijar las finanzas para el 2007-2013, la Comisión se topó con dos visiones. La de Schreyer, en la que se ponía un presupuesto austero equivalente al 1,18% del PIB europeo, y la del propio Romano Prodi, que abogaba por subir el techo al 1,21%. No obstante, las presiones procedentes de Londres y Berlín parecieron dar sus frutos, pues Bruselas lanzó un presupuesto equivalente al 1,14% del PIB, inferior incluso al que pedían los ayatolás. 3 Cifras a la carta. A la Comisión no se le puede negar verdadera maestría a la hora de presentar las cifras, moviendo las partidas de un lado para otro para dar la impresión de que aumenta el gasto en determinados capítulos. Pero pese a todas estas operaciones de maquillaje, lo realmente importante es saber cuánto se va a gastar sobre lo que se va a tener. Y eso va a ser el 1,14% del PIB, del que la cohesión seguirá representando el 34% del total, como ahora. 4 El verdadero techo. Varios eurodiputados acusaron a Prodi y a la Comisión de caer «en la trampa de los seis» países -entre los que están Alemania, Reino Unido y Francia-, que pedían limitar el presupuesto al 1% del PIB. Y en parte tienen razón, pues los tratados permiten aumentar el techo financiero hasta el 1,24% para costear la ampliación, algo a lo que se ha renunciado de antemano. 5 Porcentajes similares. El resultado más visible es que el presupuesto de la Unión, en la práctica, será casi el mismo para 15 que para 27 países. De hecho, el año pasado se gastó el 1% del PIB para los Quince, y este año se invertirá lo mismo para los Veinticinco. En el 2006, la proporción se eleverá al 1,09 del PIB, al 1,08% en el 2010, es decir, todavía muy lejos del 1,24% posible. 6 Mayor crecimiento. El comisario de Asuntos Monetarios, el español Pedro Solbes, es de los que piensan que en el futuro la UE dispon-drá prácticamente del mismo presupuesto que hoy. Ahora bien, Solbes evocó una posibilidad de que aumente el gasto, y consistiría en una clara mejoría del entorno económico -proceso en curso, según los analistas-, que llevaría parejo un crecimiento del PIB de la Unión y, por tanto, el 1,14% de ese PIB supondría también más dinero. 7 El precedente Delors. La austeridad que impera en las finanzas comunitarias obedece a lo que el ex presidente de la Comisión Jacques Delors calificó de «estado de crisis latente» de la UE, derivada del hecho de que los países miran más a sí mismos que a Europa. De hecho, el presupuesto de la Unión Europea llegó a ser más alto que ahora en varios momentos. En 1988, en la era Delors, representaba el 1,12% del PIB de los Doce, el 1,27% en 1994 y el 1,26% en 1995.