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Periodista y miembro de ¡Basta ya!

«La tregua de Cataluña es un esperpento y muestra que ETA está en fase terminal»

El periodista y escritor leonés hablará mañana en el salón del Juan del Enzina sobre la vida cotidiana en el País Vasco y firmará ejemplares de su libro «Héroes a su pesar»

Publicado por
Vicente Pueyo - león
León

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Héroes a su pesar es el sugestivo título del último libro de Francisco Calleja, escritor y periodista leonés, luchador infatigable por las libertades políticas en el País Vasco donde reside hace muchos años. Calleja participará mañana viernes en las actividades del Club de Prensa del Diario de León -patrocinadas por el Banco Herrero- con una charla titulada Un día en la vida del País Vasco . Se celebrará en el salón de actos del Juan del Enzina a las 20 horas. -ETA sigue dando sorpresas. Ahora anuncia una tregua exclusiva para Cataluña... -Lo primero que cabe deducir de este anuncio es la debilidad extrema en que se encuentra ETA. Esto no es más que un esperpento de una banda terrorista que está en fase terminal. Con esta especie de generosidad aparente, ETA lo que hace es «pagarle» sus servicios a Carod agradeciéndole que le permita entrar en la campaña electoral y la saque de su silencio. Pero le está pagando con una moneda envenenada que se vuelve contra él. Ese asunto es lo más reaccionario y xenófobo que cabe imaginar. Se dice que no se matarán catalanes pero sí extremeños, andaluces o madrileños... Habrá que ir a vivir a Cataluña. Es un esperpento. Lo que está claro es que, de cara a las elecciones, va a abrir un boquete a los socialistas en Cataluña». -En todo caso sí que hay una relativa pausa en la actividad terrorista, ¿cómo hay que interpretarla? -En primer término como resultado de la eficacia policial, que tiene a los terroristas en uno de sus peores momentos, también como resultado de las medidas políticas y judiciales que se han tomado contra el terrorismo y como resultado de la movilización del conjunto de la sociedad. Es cierto que pueden seguir asesinando pero el hecho evidente es que cada vez que lo han intentado últimamente han sido detenidos gracias a esa eficacia policial. Y conviene subrayarlo a toda esa gente nacionalista vasca que durante años defendieron que la vía policial no resolvía el problema. -¿Puede tener también relación esta pausa con ese órdago que representa el plan Ibarretxe? -Yo creo que ETA tiene su propia mecánica. Lo que sucede es que el radicalismo de ETA ha sido sustituido por ese plan crispador que no resuelve ningún problema de los que tenemos planteados los vascos, que nos divide, que envilece las relaciones sociales, etcétera. Pero ETA está ahí con plan y sin él. Hace muy poco, el 24 de diciembre, intentó hacer una matanza en la estación de Chamartín. -¿Qué futuro le augura a ese plan? -Como digo, es un plan que crispa y que divide y que no resuelve sino que crea problemas nuevos. Se apoya en la vileza de casi un millar de asesinatos y en una sociedad atenazada por el miedo. Es un plan que no gusta a la mitad de la sociedad vasca, incluidos algunos nacionalistas, y creo que si hay una movilización ciudadana consecuente, de la misma forma que se ha hecho frente a ETA se acabará haciendo frente a este plan y fracasará. Lo que ocurre es que mientras tanto se está deteriorando la convivencia. - A nadie se le escapaba, desde hace mucho tiempo, que decir Batasuna era tanto como decir ETA. ¿Por qué no se actuó antes para romper esta estrategia de connivencia que sigue todavía? - Algo se está haciendo ya. El fallo es que se haya tardado tanto en acotar los espacios de impunidad. Que Batasuna es ETA lo venimos diciendo algunos desde hace muchos años y nos han puesto de vuelta y media por decirlo. Los nacionalistas del PNV nos decían que exagerábamos pero es evidente que Josu Ternera pasa de la dirección de Batasuna a la de ETA con toda naturalidad después de haber pasado de ETA a Batasuna. Son los mismos canallas con distintos collares. Pero más vale tarde que nunca. Hoy es un partido ilegalizado, han perdido poder, influencias, dinero, capacidad de intimidación y cada vez hay más gente que se sacude el miedo. El mundo de ETA está en una fase terminal pero como tenía mucha inercia tardará años en acabar del todo. -¿No da a veces la sensación de que los auténticos objetivos «ideológicos» del PNV consistirían, más que en la independencia, en perpetuar un poder ligado a un suculento bienestar de cientos de familias que apoyan sin pestañear a su gobierno? -El PNV lo que hace con todo lo que rodea a ETA es hacer caja. Ha montado un régimen, un sistema de poder que cuenta con 50.000 funcionarios en una comunidad de poco más de dos millones de personas. Lo controlan todo desde el punto de vista económico y social y están haciendo un grandísimo negocio. Quieren el poder y quieren gestionar la independencia con todas las ventajas de estar en España y en Europa pero hacer lo que les dé la gana y saltarse la democracia. -Por lo que se deduce de su último libro, hay otros muchos que no viven tan bien. ¿Está sirviendo de algo el ejemplo cotidiano de coraje de todas esas gentes, que califica de «héroes a su pesar», o se reduce, lo que no es poco, a una cuestión de ética y dignidad personal? -La democracia española nunca agradecerá lo suficiente a todas esas personas que están luchando por las libertades en la comunidad vasca. En la lucha contra el terrorismo, importa tanto lo que se hace como lo que no se hace. Hace años, cuando se hacían manifestaciones contra ETA e íbamos muy pocos, había quienes decían que eso no servía para nada. Pues ahora las movilizaciones que se han hecho en San Sebastián han sido contra el terrorismo. Está claro que esas cosas sirven para algo lo mismo que las iniciativas de colectivos como ¡Basta ya! que están permitiendo que la población se sacuda el miedo. Ahí están las iniciativas que hemos tenido parra el desprestigio social de la muerte. Porque, es terrible decirlo, pero la muerte, el asesinato, ha tenido prestigio social dentro de la comunidad vasca. Hoy es difícil encontrar a alguien que se alegre públicamente de una asesinato. Ahí está también la actitud de los concejales del PP y del PSOE que se juegan la vida en municipios muy pequeños... todo eso es decisivo en el combate por la libertad. Hay un discurso intelectual, un discurso político y un discurso de movilización que está transformando el panorama vasco. - En un trabajo como el suyo, volcado tan directamente en una realidad tan dura y compleja, ¿no se corre el riesgo de que llegue a obsesionar? - Yo de lo estoy obsesionado es por conseguir la libertad. Me parece demencial, horrible, que a estas alturas del siglo XXI, no haya libertad en un trozo de Europa. Estoy obsesionado como lo estaba cuando estaba Franco. La gente que estamos en esta lucha consideramos esto un tema central y lo que nos gustaría es hablar de otros temas y pasear tranquilamente por la calle como hacéis en León, sin la inquietud de que te vayan a volar la cabeza... pero cuando no hay libertad, cuando llevas veinte años enterrando amigos, es razonable que se convierta en una obsesión. - León es una provincia desangrada por la emigración. ¿No resulta hiriente que desde el País Vasco se sostenga esa tesis de que es un pueblo sometido y oprimido por España? -Es insultante. En el País Vasco hay una opulencia económica insultante y una miseria política igualmente insultante. Ya está bien de esta actitud quejica y miserable. Un pueblo como Ermua está lleno de leoneses y viene Arzallus, que es un personaje completamente nazi, y se queja de que haya venido gente de fuera. ¡Pero bueno!, si toda esa gente lo que ha hecho es crear riqueza... Si se fueron a trabajar es porque había un desarrollo industrial que no había en León. Todavía no entiendo cómo hay gentes que se llaman a sí mismos de izquierdas que sigan el discurso de gente iluminada como Ibarretxe, alguien que distingue a los ciudadanos según sean o no nacionalistas. Como no entiendo que haya gente de izquierdas que creen que Esquerra Republicana es progresista cuando es una formación profundamente reaccionaria y xenófoba. - ¿Josu Jon Imaz es más de lo mismo? Más de lo mismo pero con corbata. La prueba es que este señor ha pisoteado la memoria de Joseba Pagazaurtundúa, su partido se ha negado a reconocerle como víctima del terrorismo y se ha negado a darle una medalla a alguien que era funcionario municipal. Tanto Ibarretxe como Imaz tienen la misma actitud. El PNV jamás va a reconocer a las víctimas del terrorismo porque sería tanto como reconocer que ETA es una barbaridad y eso no lo van a hacer.