La única tregua «regional»
A lo largo de sus más de 40 años de existencia, ETA ha declarado sólo cuatro treguas, pero hasta ayer no había anunciado una en una sola región española, pues los «altos el fuego» precedentes afectaron siempre al país completo. Las treguas tuvieron distinta duración y distinta importancia, pero sin duda las que más expectativas despertaron fueron la de 1989, que dio paso a negociaciones en Argel, y la de 1998, que perseguía lograr un pacto entre todos los nacionalistas vascos para forzar al Gobierno a admitir un referendo de autodeterminación. El primer «alto el fuego» en toda España se produjo el 28 de enero de 1988, más de veinte años después de su primer asesinato, cuando anunció que ofrecía al Gobierno español una tregua de dos meses con el objeto de iniciar una negociación para dar una salida pactada al «conflicto vasco». Miembros de la banda y delegados del Gobierno mantuvieron algunos encuentros que no alcanzaron principio de acuerdo alguno, por lo que los atentados se reanudaron. El 8 de enero de 1989, ETA declaró una tregua de dos semanas que coincidió con el inicio de conversaciones entre la cúpula y una delegación del Gobierno de González en Argel. En cuatro meses, las reuniones se sucedieron. El 4 de abril, el Gobierno dio por finalizadas las conversaciones y ETA puso fin al paréntesis de atentados. El tercer «alto el fuego» duró apenas una semana. Tres meses después de la victoria electoral de Aznar, el 23 de junio de 1996, la banda anunció que pararía sus atentados durante una semana para animar al Gobierno a iniciar conversaciones, pero la oferta no fue aceptada por el Ejecutivo y las muertes continuaron. El mayor período sin muertes de la democracia se produjo entre septiembre de 1998 y enero del 2000. ETA declaró un «alto el fuego» indefinido, fruto de unos contactos mantenidos con el PNV, que se comprometió a impulsar un proyecto de unidad de acción de los nacionalistas vascos para intentar forzar al Gobierno español a reconocer el derecho a la autodeterminación e incluso a la independencia del pueblo vasco. La estrategia provocó reuniones entre ETA y delegados del Gobierno, que no alcanzaron acuerdos. El 28 de noviembre de 1999 la banda terrorista anunció el fin de la tregua.