ETA carece de infraestructura estable en Cataluña desde el 2001

El anuncio del cese de la actividad armada de ETA en Cataluña llega en un momento en que la banda carece de estructura estable de cualquier tipo en Cataluña, según fuentes de la lucha antiterrorista. Los expertos creen que desde el 2001 la banda carece en esta comunidad -donde su dirección siempre consideró vital tener al menos un comando operativo-de un talde capaz de perpetrar atentados ni de una red fiable de colaboradores que de cobertura a sus acciones. Fernando García Jodrá fue el último etarra que intentó reconstruir el sanguinario comando Barcelona, desarticulado cinco veces -1987, 1991, 1994, enero y agosto de 2001- por las fuerzas de Seguridad. La Guardia Civil desbarató sus planes el 24 de agosto del 2001 en una operación en la que también fueron detenidos los liberados (pistoleros a sueldo) de ETA Nerea Bengoa Ciarsolo y Unai López de Ocáriz, y a varios colaboradores hasta entonces no fichados por las fuerzas de seguridad, en algunos casos vinculados al movimiento okupa de la ciudad condal. Unos meses antes, el 11 de enero, la Guardia Urbana de Barcelona detuvo cuando iban a cometer un atentado con explosivos a José Ignacio Krutxaga y a Lierni Armendáriz, compañeros de García Jodrá. Los tres están hoy condenados por su participación en cinco asesinatos perpetrados tras la tregua, el del ex ministro socialista Ernest Lluch; el policía municipal Juan Miguel Gervilla; el 'mosso d'esquadra' Santos Santamaría y los concejales del PP José Luis Ruiz Casado y Francisco Cano Consuegra. Fuentes de la lucha antiterrorista aseguran que Cataluña, igual que Madrid y Andalucía, fue siempre una de las prioridades para ETA. Pero a diferencia de otros comandos, el Barcelona ha sido muy vulnerable a la acción policial. Aunque perpetró atentados de gran envergadura como los de Hipercor y el del cuartel de la Guardia Civil de Vic, que provocó la muerte de diez personas, sus ataques fueron intermitentes y tuvo largos períodos de inactividad.