| Crónica | Vuelco político en media hora |
Un relevo sin apretones de mano y con alguna lágrima
Los alcaldes saliente y entrante no se saludaron. El salón de plenos estuvo abarrotado y el nuevo regidor anunció que compatibilizar la vida laboral y familiar será la bandera de su vida y del Ayuntam
La tensión política en el Ayuntamiento de Villaquilambre había llegado a tales extremos en los últimos meses, que algunos auguraban un pleno conflictivo. De hecho, varias dotaciones de la Guardia Civil se desplazaron hasta la zona para evitar posibles conflictos, como sucedió esta misma semana en Villamanín. Sin embargo, el público fue ejemplar. Más de un centenar de vecinos y simpatizantes de ambos bandos se apachurraron en el salón de plenos para vivir en directo el relevo. Casi no levantaron la voz. El presidente de ceremonias y concejal más joven de la Corporación, Manuel García, sólo tuvo que llamar la atención a una señora. No siguieron el mismo ejemplo los dos rivales políticos. No hubo saludo entre ellos, ni despedidas o apretones de mano. Sólo Hidalgo rió cuando García Bayón le llamó tránsfuga y cuando el ex alcalde sentenció que «la justicia es temporal, pero la conciencia, eterna». Además del contraste entre las caras largas de unos y las alegres de otros, hubo un anuncio. Hidalgo aseguró que su bandera vital y para el Ayuntamiento será garantizar la compatibilidad laboral y familiar. «Vengo a trabajar duro», aseguró. Entre sus filas, el que más se emocionó al verle con el bastón de mando, fue su valedor y ex pedáneo de Navatejera, Lorenzo Carro. «Me acuerdo de mi padre y de muchos momentos», dijo con ojos acuosos.