Los pequeños secretos de un gallinero

Celia e Ismael muestran el hueco por el que a diario introducen sus manitas para recoger los huevos de las gallinas de raza castellana. Las trajeron de Ávila. Los gallineros son unas estructuras alambradas móviles que permiten abonar la tierra de manera natural y mantener la higiene de las ponedoras. Esta raza pone menos cantidad de huevos que las gallinas de granja, pero son muy constantes y lo hacen en todo su ciclo vital. Las otras, a los dos años están agotadas. Los quicos que compraron para la reproducción no han dado resultado. «Son buenas ponedoras, pero malas madres, no les gusta empollar», comenta Elicio.