Dos actos públicos diarios y sin vitaminas

Desde el 6 de enero no descansa ni un solo día y desde el 1 de febrero protagoniza uno o dos actos diarios. Y sin vitaminas. A partir de ayer, su primera jornada de campaña oficial, realizará unos 30 actos electorales -mañana casi siempre en Madrid y tarde en provincias y periferia- aparte de las entrevistas, encuentros con empresarios y organizaciones sociales. Zapatero se levanta entre las 7.45 y las 8 de la mañana. Desayuna zumo, café con leche y tostadas con miel y, si puede, lleva a sus hijas, Laura y Alba, al colegio. En el trayecto de Las Rozas a Ferraz lee la prensa y atiende al teléfono constantemente. Se toma un cortado en Ferraz. Cuando el día va mal o está enfandado no levanta la voz. No habla. Cuando eligió el lema de «Merecemos una España mejor», su eslogan, es una contestación a ese «España va bien» de Aznar en busca de un modelo de país con más calidad de vida. Otros ejes estratégicos de la campaña son la promesa de no gobernar sin un voto más (15 de enero), su obsesión por la transparencia y el buen hacer y los debates.