Zapatero no discute

El medio es el mensaje. Ayer el medio fue un almuerzo en Barcelona, y el mensaje el renovado respaldo de Zapatero al tripartito catalán. Sin decir una sola palabra, respondió a la última arremetida del PP contra el pacto con Carod Rovira sentando a Maragall en su mesa ante mil empresarios. Por la mañana, Rajoy lo emplazó a que explicase con quién está en la lucha antiterrorista, y aunque no le gusta que le marquen el paso, no le quedó más remedio que entrar al enojoso trapo. Rodríguez Zapatero se fue a Pamplona y allí fue al grano. «No voy a discutir con nadie sobre política antiterrorista, sólo quiero acabar con ETA». Le devolvió la pelota a Rajoy: «No se aclara, un día quiere romper el pacto y otro lo quiere ampliar. Le recordó su quinto mandamiento: «Nadie utilizará el terrorismo en la contienda electoral». E hizo un pronóstico: «Si Rajoy pide explicaciones sobre la política antiterrorista es porque las cosas se le están poniendo mal y se pone nervioso». En la agenda del socialista estaba un encuentro con empresarios catalanes, y allá se fue para hablar de economía y de la España diversa. De ella se habló, en catalán y en castellano indistintamente. Zapatero se enfundó el traje de gestor eficaz y sereno (y algo plomizo) para buscar las fisuras del balance económico de Aznar, un flanco por el que no es fácil sacudirle al PP, y menos ante la gente del dinero. Pero lo intentó. España es el país europeo con más paro y peor calidad del empleo, escasa productividad, raquítica inversión en investigación, demasiado intervencionismo y, cómo no decirlo en Cataluña, excesivo centralismo económico. Por la noche, en Pamplona, y recuperando el tono mitinero (dentro de lo que cabe, claro) quiso poner en evidencia la sensibilidad del PP con la política social. «Si tengo un ministro que dice que la vivienda está cara porque la gente gana mucho, no dura un minuto en el Gobierno». Pero ante los empresarios, poco fruto le podía dar ese sembrado. Rodríguez Zapatero se cura en salud seguro de que al auditorio se le pasa por la cabeza aquello que dijo Clin ton cuando derrotó al Bush senior: «Es la economía, estúpidos». Para el aspirante, «la economía es importante, pero antes está la política, el marco de convivencia y las libertades y el modelo para que la gente está satisfecha de vivir en un país». Zapatero les prometió «buen gobierno», entendimiento de Madrid con la Generalitat (ahora ya no hay que hablar con Pujol), garantías de que para hacer negocios no habrá que pasar por la Puerta del Sol, ausencia de intervencionismo, igualdad de oportunidades y respeto a la economía de mercado. «Hemos de intentar superar ese ruido de noticias, que parecen programadas, para que ETA no se enseñoree de la política» PASQUAL MARAGALL