Diario de León

| Sin cartel | Manuel Núñez Pérez |

«Veo la campaña electoral desde la barrera, pero con nostalgia»

«El 23-F, cuando me levantaba para votar y entró Tejero, Ricardo de la Cierva me dijo: prepárate, Manolo, estos son los de ETA disfrazados»

NORBERTO

NORBERTO

Publicado por
Antonio Núñez - león
León

Creado:

Actualizado:

Junto con Martín Villla, con el que compartió años de juventud y pupitre en el colegio de los Agustinos, Manuel Núñez Pérez es, sin duda, el político más veterano de León. Diputado en ocho legislaturas entre 1997 y el 2002, ministro de Sanidad (1981) y ahora representante del PP en el Tribunal de Cuentas del Reino, es la primera vez en tres décadas que Núñez Pérez está fuera de cartel en una campaña electoral, algo que, en vez de alivio, le produce nostalgia. -¿Qué tal se ven los toros desde la barrera después de haber estado tantos años en el ruedo? -Yo lo veo con un ánimo festivo. Que haya campaña o toros cada cuatro años supone que el sistema demodrático se fortalece, lo cual es profundamente satisfactorio sobre todo para los que hemos tenido la suerte de participar en la creación de este sistema en los tiempos de la transición democrática. En cuanto a no estar en esta pelea en concreto, después de haber pasado por ocho, me produce una profunda nostalgia. Echo de menos las visitas a los pueblos y el contacto con la gente de León, que no se paga con nada. -Usted ha tenido trato personal directo tanto con Rajoy como con Zapatero. Defínalos en pocas palabras como personas, no como personajes. -Los dos son personas muy razonables y cercanas para mí. Ambos bienen también capacidad de comunicación con la gente, aunque Rajoy es, sin duda, el que tiene más experiencia en tareas de gobierno. Creo conocerlos bien y tienen mi simpatía personal, al margen de coindicencias o discrepancias políticas. Los dos son amigos desde posiciones diferentes. Yo estoy con Mariano, pero de Zapatero no tengo ningún rasguño personal, aunque hayamos sido números uno enfrentados por León muchas veces. -¿Treinta años de vida política dan para mucho, pero cual fue el momento mejor? -Uno de los mejores fue, sin duda, la tarde del 31 de octubre de 1978 cuando en el Congreso se aprobó la Constitución. Era un atardecer de otoño y el aplauso tan cálido y ferviente que se oyó sonaba a música celestial. No recuerdo un aplauso tan emocionante como aquel. -A ver si adivino el peor momento: le tocaba votar a Manuél Núñez Encabo, luego a Manuel Núñez Pérez... iban leyendo los nombres y entró Tejero un 23-F. ¿Qué tarde, verdad? -Esa fue una tarde muy jodida. A Ricardo de la Cierva, que tenía de compañero de escaño y que siempre me contaba historias de la historia de España con fichas y tal y cual, le dije «espera un momento, que me toca votar». Yo me estaba incorporando ya del escaño, efectivamente, cuando entró Tejero, pero no me dio tiempo a salir ni al pasillo. Luego pasó lo que pasó y me dijo Ricardo con la cara demudada y desencajada -y, además, lo recoge en alguno de sus libros- «Manolo, prepárate a morir, que son los de la Eta disfrazados». Efectivamente ese fue un momento muy triste. -¿Se ha publicado todo sobre aquel día o conviene correr un tupido velo? -Recordar la historia siempre es bueno para no caer en antiguos errores. A lo mejor algunos pueden aportar todavía versiones o anécdotas que puedan servir para conocer la dimensión de aquella fecha en todos sus pormenores, pero yo creo que de ese tema se conoce bastante y, sobre todo, lo suficiente para que esas cosas no vuelvan a ocurrir nunca jamás en la historia de España». -¿Qué se vende en esta campaña que no se vendiera antaño? -Las primeras campañas eran trascendentes en sí mismas y un puro acontecimiento histórico con temas y personajes que hasta podían saturarnos. Bastaba con leer los carteles de los mítines para ver a quién teníamos al lado o enfrente: Pasionaria, Carrillo, Tierno Galván, Fraga, Suárez, etcétera. Era suficiente para que aquello tuviera un contenido y una animación que ahora es muy difícil darla ¿eh? Yo era allí un primerizo casi acomplejado al escuchar cosas que rompían el silencio de cuarenta años».

tracking