| Crónica | La España diversa y alejada
Vendaval Zapatero
El líder socialista ofrece un gobierno «limpio e ilusionante» frente a Rajoy, a quien acusó de pactar con los especuladores
Estos días en las islas canarias se habla más de la calima que de política. Los vientos, que han llegado antes que los candidatos, trajeron 60.000 toneladas de polvo africano y un ambiente pesado e irrespirable. El fenómeno meteorológico les sirve aquí para la hipérbole: «La culpa de la calima es de la derecha, pero tranquilos que llega la ventolera del cambio». Aún más: «La calima es como el chapapote de Rajoy en Galicia, pero en el aire». El cantautor que amenizó la sesión de mediodía en Las Palmas cantó que la calima deja el «ánimo monosílabo». Pero escuchando a los teloneros de Zapatero y el arrebatado ambiente del pabellón nadie diría que el siroco trae sólo arena, debe traer algo con efectos eufóricos. La pasión, la entrega de la forofada, los cánticos y el humor algo alocado de algunos de los candidatos locales lo certifica. Hasta los señores más encorbatados animaban al público con el pío, pío, grito de guerra de los grancanarios. El ambiente de bulla contagió a Zapatero, que arrancó con la promesa de venirse a Canarias a pasar unos días de vacaciones «después de la victoria del día 14». Parecía que se había acabado la feria del reparto de ministerio, pero no. «En esos días de descanso, pensaré la composición del Gobierno, pero ya os adelanto que habrá ministros canarios». Como siga así, la Moncloa se le queda pequeña y el gabinete va a estar más concurrido que el comité central del partido comunista chino. Zapatero fue pronto al grano. Y el grano, desde hace un par de días, se llama Mariano Rajoy. Primero la broma: «Hemos descubierto algo en esta campaña. Rajoy sabe leer, regular, pero sabe leer». Después de las risas, pasa al ataque: el partido de Rajoy es la dere-cha-derecha, pacta con los especuladores, con el sector más reaccionario de la Iglesia, con los poderosos y con Bush. Y con Pujol y Arzalluz, «aunque ahora no hable más que de Carod Rovira». Si Fraga recomendó a Rajoy que aprendiese gallego, Zapatero pidió que le enseñen catalán, «porque sería muy bueno para la convivencia». El socialista busca el contraste en la cuenta atrás. El PP, con Rajoy «el incompetente», favoreció la seguridad, la sanidad, la educación privadas. Él ofrece enseñanza pública de lujo, sen-sibilidad social y diálogo. Dos avisos a indecisos: «Rajoy no tiene nada que decir, ni siquiera después de una am-plia mayoría que consideraron un cheque en blanco». «Coalición Canarias es la derecha con una hora menos». Canarias es tierra de emigrantes. Zapatero prometió un estatuto especial para el emigrante, pero no habló de inmigración. «Ni Rajoy ni el Partido Popular tienen autoridad moral para hablar de la tragedia y de los muertos del Yakolev» JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO