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Lo que toca y lo que no toca
Ya explicaba Fraga esta semana que el que no vota es «un traidor a la patria» y, el que no vota al PP, «entrega su voto «a una trama»
De todos los juegos del mundo, el PP no podía haber escogido otro mejor que «la gavioca» para difundir su propaganda electoral. Tras cuatro años de rodillo parlamentario, los «populares» creen que tiran porque les toca, y que si, en su opinión, no toca, no hay nada que hacer. En Alicante, el candidato del PP a diputado, Trillo-Figueroa Martínez-Conde, decidió esta semana q ue no toc aba hacer comentarios sobre la identificación de los restos de los militares muertos en Turquía y no los hizo. Lo que toca, según puede verse en la página web del ministro de Defensa en funciones, es felicitarlo y punto. «Sólo serán publicados aquellos mensajes cuya finalidad clara sea dar apoyo al candidato», advierte el único apartado del «site» abierto a la participación ciudadana. Ya explicaba Fraga este viernes que el que no vota es «un traidor a la patria», y el que no vota al PP entrega su sufragio a «una trama de señores» que piensan hacer del Gobierno «una trapallada». No toca hablar del Yak-42, dice la Mesa de la Diputación Permanente del Congreso, porque las Cortes están disueltas. No toca hablar del Yak-42, dice Aznar, porque hay que dejar en paz a los muertos, y se lo dice a los familiares de los muertos. Siguiendo con atención la campaña, da la impresión de que al PP no le toca hablar de casi nada que no haya dicho ya. Desde este punto de vista, es lógico que el candidato Rajoy estime que para qué va a perder el tiempo prestándose a debatir por televisión. Lo inaudito es que un debate televisado entre los líderes de los principales partidos, solos o en compañía de otros, sea materia opinable y no prescripción facultativa para la salud democrática. En Andalucía, por ejemplo, Teó fila Mart ínez no tuvo el menor inconveniente en acudir a Canal Sur para intentar sacar a Manuel Chaves los colores: se quejó de que el presidente de la Junta salía sobre un bonito azul celeste, mientras que a ella le habían reservado un naranja butanero muy irritante. No puede negarse que se trataron cuestiones de fondo. Tampoco la candidata del PP Dolors Nadal se resistió a la llamada de las cámaras de TV-3, aunque para ello tuviera que sentarse alrededor de una mesa con Carod-Rovira. Lo que toca en la periferia no toca, al parecer en la capital. Sería bonito ver a Bush tratando de explicárselo a Kerry, su contrincante demócrata en la próxima cita electoral.