«Daría el alma por un chico tan decente como el joven Zapatero»

Tuvo el primer carnet de las Juventudes Socialistas en 1937, con apenas quince años, y cuarenta después llegó a concejal del PSOE por León en los primeros tiempos de la transición democrática. Hace pocos meses su partido le hizo un homenaje como uno de los militantes más veteranos y como ex secrectario provincial de UGT. Jura que uno de los momentos más alegres de su larga vida fue cuando nombraron candidato a presidente del Gobierno a José Luis Rodríguez Zapatero. -El PSOE y la UGT han sido su vida ¿Cómo empezó? -Tenía quince años cuando ingresé en las Juventudes Socialistas y desde entonces pertenezco al partido. ¿Que cómo fue después? Vino la guerra y me detuvieron, pero luego me dejaron libre, me enrolaron en el ejército nacional y me destinaron a Andalucía y luego a Teruel. Preso, libre o reclutado yo nunca pude salir de la zona nacional. Al acabar la guerra me destinaron a Valladolid y ya, habiendo pasado la «purifación» de mi condición de rojo, como decían ellos, empecé a vivir un poco más tranquilo. Estudiaba peritaje industrial e hice una oposición a Renfe, que es donde luego me jubilé. -¿Me equivoco si digo que la mayor satisfacción política es ver a Zapatero como candidato a presidente del Gobierno? -Por anticipado que no y daría el alma para que ganara las elecciones, porque es un chico inteligente, culto y decente. ¿Si la segunda gran satisfacción fue cuando se reinstauró la democracia? Claro, allí ya formé parte de la candidatura municipal y estuve de concejal con Gregorio Pérez de Lera. En aquellos tiempos se vivía con más inquietud, aunque no hubiera tanta libertad como ahora. Siempre llevabas encima el sambenito de que eras miembro de un partido que no mandaba y de que eras ya conocido por eso. Tenía sus riesgos. La prueba es que vino después el 23-F. He pasado tantos sucesos en política que ya casi no me acuerdo ni en qué año fue. -¿La izquierda está menos a la izquierda que antes y la derecha es menos derecha? -Yo creo que la derecha hoy se halla más consolidada y, con arreglo a eso, realiza más operaciones de abuso. Las gentes de izquierdas están pendientes de hacer realidad el 14 de marzo una votación que facilite una mayor apertura política, ampliar más la libertad, los derechos y la situación de las gentes más humildes. Y, sobre todo, la consolidación del bienestar para las clases trabajadoras ¿No? Que tengan una mayor estabilidad y un futuro más favorable. -Usted habrá conocido a muchos líderes históricos del PSOE ¿Hay alguno al que haya admirado en particular? -A todos y casi todos han fallecido. El último fue Baldomero Lozano, un diputado de aquí en los años setenta y con el que hice las primeras campañas de la transición. -¿Perdió a muchos amigos en los tiempos de la dictadura? -Recuerdo de los primeros días en que yo era militante del PSOE a bastante gente de aquí y de Valladolid, algunos no muy conocidos y la mayoría que ya no viven. Naturalmente guardo una memoria grata de ellos. Sus hijos andan todavía por aquí. -¿Le dio algún consejo a Zapatero la última vez que habló con él? ¿Cuál le daría ahora, en todo caso? -A Jose Luis lo conozco desde chaval, lo admiro y le apoyaré siempre. Tiene también buen sentido de la realidad y, sobre todo, es decente, que en política es la carta de naturaleza más importante que puede exhibir una persona. Es un chico capaz de desarrollar una gran labor y de cumplir lo que dice. -¿Están complicadas estas elecciones para darle la vuelta a la tortilla o es usted optimista? -Hombre, está complicado, porque no hay que olvidar que llevamos un ciclo de política de derechas que francamente se ha consilidado bastante. Lo bueno sería poder modificar los vicios y las prerrogativas que ellos han tenido durante todos estos años y desplazarlos.